miércoles, 2 de febrero de 2005

Cluny y Abderramán III el Pelirrojo

A lo largo del siglo IX la filosofía cátara fue consolidándose en la Europa occidental, formando poblaciones donde vivían con cierta armonía e independencia todos sus miembros. Muchos de sus habitantes y otros cristianos de alma noble seguían recorriendo las calzadas romanas que llevaban a Galicia para venerar la cripta de los siete mártires de Tréveris. Peregrinaciones anónimas y silenciadas por la pluma oficial que, pese a ello, permiten imaginar sus dificultades junto a un posible encuentro con la trascendencia. Andaduras que acrecentaron la heterodoxia y el enfado de la cúpula vaticana por su rebajada autoridad. Un gran dilema que generó un sibilino plan bajo sus puntiagudas mitras...