Cuando el rey Enrique VIII subió al trono de Inglaterra en 1509,
el jerarca eclesiástico Thomas Wolsey
(1475-1530) se convirtió en su ministro y financiero mayor. Wolsey apoyó,
aconsejó y costeó la invasión de Francia por los ejércitos ingleses en
año 1513. Tras el éxito fue nombrado arzobispo de York y cardenal en 1515,
primera autoridad de la Iglesia Católica
en Inglaterra. Desde su solio inglés se encargó de destruir o neutralizar a
quienes se opusieron a sus ansias. Así sucedió con Edward Stafford, tercer
duque de Buckingham; William Compton, amigo de Enrique VIII; y Anne Stafford,
condesa de Huntingdon y amante del monarca...
Wolsey fue nombrado legado o embajador papal en Inglaterra el año
1518 e intentó ampliar sus influencias particulares en Europa. Con ese
propósito, Enrique VIII emitió un edicto en latín el año 1521 titulado Assertio
Septem Sacramentorum (Defensa de los Siete Sacramentos). Dedicaba el texto al
papa León X (Juan de Medici) y exaltaba los sacramentos católicos: bautismo,
confirmación, eucaristía, penitencia, matrimonio, órdenes sagradas y
extemaunción. En compensación a tanta fidelidad religiosa, León X nombró Fidei
Defensor (Defensor de la Fe )
a Enrique VIII; un título que, pese a los cambios políticos, religiosos y de
opinión que sucederían pocos años después, sigue siendo utilizado hoy por la
monarquía británica.
Pese a sus lazos políticos con Enrique VIII, Thomas Wolsey
aspiraba al trono papal y ofreció grandes prebendas a Carlos V para que lo
eligiera, sin embargo el emperador escogió a Adriano de Utrecht en 1522 y a
Julián de Medici en 1523. Este último papa negó a Enrique VIII la anulación de
su matrimonio con Catalina de Aragón, cosa que trajo la destitución de Wolsey
como lord canciller y el nombramiento de Tomás Moro como sustituto. Enrique
VIII pactó con otros financieros judíos, miembros de la alta nobleza inglesa, y
sólo dejó al cardenal el arzobispado de York. Wolsey reaccionó aliándose con
otros nobles del norte de Inglaterra, pero fue acusado de traición y su
situación empeoró hasta morir a finales de 1530.
El «consentido» protestante Erasmo de Rotterdam |
Erasmo de Rotterdam (1466-1536) era hijo bastardo del clérigo católico Roger Gerard y
de una joven sirvienta. Pasó su infancia y juventud en rígidos colegios
monásticos. En 1492, con veintiséis años, fue ordenado sacerdote agustino, se
instruyó en la Universidad
de París y trabajó al servicio del obispo de Cambrai (norte de Francia). Parece
ser que en 1499 colgó el hábito por estar descontento con el sacerdocio y poco
después recibió una dispensa papal para poder vivir y vestir como laico.
Pero tal cosa no encaja en la realidad histórica, una objeción de
conciencia o una decisión personal contraria eran inaceptables para la
jerarquía eclesiástica, el noble que así obraba se arriesgaba a desagradables
penas y a padecer para subsistir. No obstante, Erasmo pudo recorrer muchas
ciudades, predicar y enseñar en ellas, investigar manuscritos antiguos y
publicar sus escritos con regularidad. Entre ellos, y gracias a la gran ayuda
de la Biblia Políglota
Complutense, una versión latina de la
Biblia que dedicó a León X (Juan de Medici, papa entre 1513 y
1521), y la Paráfrasis
del Nuevo Testamento, con comentarios escritos en latín sencillo y popular.
Mantuvo una intensa correspondencia con numerosos aristócratas al
servicio de reyes europeos, tanto del catálogo católico como del protestante.
Uno de ellos fue Tomás Moro, favorito de Enrique VIII pero favorable al dominio
de la Iglesia Católica
en Inglaterra, cosa que cambiaría el favor del rey inglés y su propia suerte; otro
fue Alfonso de Valdés, noble conquense, escribiente, latinista mayor y
protegido del emperador Carlos V, sus numerosos escritos erasmistas no le
ocasionaron perjuicio alguno con la Inquisición.
Tras su muerte en 1536 sus escritos fueron prohibidos por la Iglesia Católica e incluidos en
el Índice de Obras Prohibidas del Concilio de Trento (1545-1563). Con todo, el
trabajo realizado por Erasmo de Rotterdam no es el de un reformador religioso
como Martín Lutero o Juan Calvino. Entre sabias ideas recogidas de escritos antiguos,
sus ambiguos mensajes como clérigo sin sotana sirvieron para meter cizaña y
calentar el conflicto católico-protestante, al tiempo que menospreciaban y
tergiversaban la sabiduría del medievo y su raigambre espiritual.
Juan Luis Vives (1492-1540) destacó como escritor humanista y filósofo. La
familia Vives estaba asentada en Valencia, la componían aristócratas de origen
judío comerciantes y prestamistas. Luis nació en 1492, su padre se llamaba Luis
Vives y su madre Blanca March, pariente de los poetas March citados junto a
Ramón Llull. Acatando el Decreto de Expulsión dictado ese mismo año, sus
familiares se convirtieron al nuevo catolicismo cristianizado.
Se apunta que
eran judaizantes y sufrieron expediente durante años por la Inquisición. Su
madre murió en 1508 y Luis fue enviado a París el año siguiente para estudiar
en la Universidad
de la Sorbona. Acabó
los estudios en 1512 y sirvió como ayudante de cátedra y escritor en la misma
universidad, alternando con viajes a Brujas (Bélgica), donde convivía con la
acomodada familia Valdauras, dedicada al comercio y emparentada con él por
parte materna.
Por aquel tiempo rechazó Vives la oferta del
cardenal Cisneros para ocupar una cátedra en Alcalá de Henares, lo expresó así
en un escrito: No me gusta Hispania, aunque por segunda vez me llama el cardenal
de Toledo... (sigue con los demás personajes protestantes e importantes en Inglaterra)
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