Nadie puede afirmar que las autoridades existentes, en cualquier
país sea cual sea, actúen con sus enemigos según la doctrina y el ejemplo de
Cristo. Tampoco sus actos pueden ser agradables a Dios. No pueden, por lo
tanto, haber sido establecidos por Él, y deben ser destruidas, no por la
fuerza, sino por la regeneración moral de los hombres...
Estas palabras fueron escritas por William Lloyd Garrison,
fundador en Filadelfia de la Sociedad
Antiesclavista Americana, durante el año 1833 (ver Reino de Dios en
Vosotros de Tolstoi).
W. Lloyd Garrison, fundador de la Sociedad Antiesclavista Americana |
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