viernes, 8 de agosto de 2008

Los últimos islamitas de La Alpujarra andalusí

Abu Abd Allah Muhammad ibn Alí, también llamado Muhammad XII, fue el último sultán de la dinastía Nasrí o Nazarí de Granada, el último príncipe de al-Andalus derrotado por las huestes de los Reyes Católicos, al que se le concedió en compensación el pequeño señorío de la Alpujarra granadina. En la Historia es conocido como Boabdil el Desdichado, pero más aún como Boabdil el Chico para diferenciarlo de su tio Abu Abd Allah Muhammad az-Zaghall, Boabdil el Viejo o el Zagal. La literatura católica lo ha dibujado como individuo pequeño y débil, de tez morena y pelo negro como muchos paisanos del Magreb; pero Boabdil el Chico era muy diferente...

Julio Quesada-Cañaveral y Piédrola, VIII duque de San Pedro de Galatino (reino de Nápoles), señor de Lachar (Granada), gentilhombre grande de España con ejercicio y servidumbre del rey Alfonso XIII de Borbón, político y empresario español que vivió entre 1857 y 1936, escribió un libro titulado Boabdil: Granada y la Alhambra hasta el siglo XVI, donde describe así al susodicho: Boabdil era rubio, de mediana estatura, más bien alto y esbelto, de ojos claros de luz, tez pálida y semblante tranquilo. Su porte era majestuoso y en los momentos más difíciles demostró siempre su valeroso corazón y su arrogancia de raza. Fue bravo en las batallas y, aunque herido su cuerpo como en la batalla de Loja, siempre conservó su dignidad de rey, su dignidad de raza y su dignidad de hombre de corazón, a pesar de tantas y tantas amarguras como tuvo que sufrir constantemente su espíritu y su voluntad

Montañas de las Alpujarras granadinas, los últimos mudéjares

Ese Boabdil rubio, más bien alto, de ojos claros, tez pálida, porte majestuoso, valeroso corazón y arrogancia de raza, recuerda mucho a esos descendientes aristócratas de los vándalos asdingos del siglo V que dominaron buena parte del sur de Hispania y se establecieron en el norte de África al mando del rey Genserico, con Cartago (Túnez) como capital de sus dominios. Un Boabdil descendiente de Muhammad VI el Bermejo o el Rubio, asesino de su predecesor nazarí Ismail II en el reinado de Granada; con una genética germana compartida además con el emir omeya Abderramán I y sus descendientes, con Isabel la Católica y con los demás soberanos germanos asentados en los tronos europeos, pero sin esa endogamia enfermiza y con una religión muy cercana a preceptos, prácticas y vestimentas de los primeros cristianos.

Primero se los llamó musulmanes o mahometanos por seguir unos principios para su crecimiento espiritual y moral, enseñanzas encabezadas por la figura del profeta Mahoma o Mohammed o Muhammad, el último personaje de una larga lista de mensajeros judeocristianos de Dios que han tenido como fin rescatar y redimir su mensaje. Luego se los nombró mudéjares, sobre todo a partir de la Guerra de Granada (1482-1492) entre católicos y nazaríes, derivación de la palabra árabe mudaggan o mudayyan que significa domados o domesticados, al permitírseles permanecer en territorios bajo leyes católicas por ser útiles para el desarrollo económico de los mismos. Y se los denominó moriscos, de donde deriva la palabra moro que significa oscuros o negros, tras las leyes o pragmáticas antimoriscas de 1502 en Aragón y de 1525 en Castilla, donde se dictó a la fuerza su bautismo y registro como católicos.

Boabdil el Chico nació en la Alhambra de Granada y era hijo de Abu al-Hasan Ali ben Saad, rey nazarí llamado Muley Hacén por los castellanos. En 1482, cuando tenía veintitrés años, se reveló contra su padre y le quitó el trono de Granada con la ayuda de su propia madre, la reina Aisha o Aixa, y de la dinastía nobiliaria de los Banu-Sarray, conocidos como Abencerrajes y enemigos de los aristócratas granadinos Cegríes o Zegríes. Este conflicto interno en lo que quedaba de al-Andalus hizo huir de Granada a Muley Hacén y a su hermano el Zagal o Boabdil el Viejo para combatir con su hijo y sobrino Boabdil el Chico, favoreciendo la ofensiva de los ejércitos católicos y el inició de la Guerra de Granada... (sigue)

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