El 10 de abril de 1606,
el monarca Jacobo I de Inglaterra concedió permisos oportunos a la Compañía de Virginia,
sociedad muy relacionada con la
Compañía de Moscovia e inaugurada con el significativo
pseudónimo de la reina Isabel I de Inglaterra: Virgin Queen (la Reina Virgen ).
Patrocinada por poderosos señores británicos, tenía dos partes o
sedes: la Compañía
de Virginia de Londres y la
Compañía de Virginia de Plymouth. Las dos tenían cartas o
estatutos semejantes, con territorios asignados en Norteamérica, con una
separación de cien millas la una de la otra y a ninguna se le permitía
establecer asentamientos en ese tramo, cosa que no se respetaría...
Henry Hudson, navegante y explorador inglés del cual queda poca información,
realizó cuatro importantes viajes de exploración en su vida. Los miembros de la Compañía de Moscovia
contrataron a Hudson para encontrar un paso marítimo por el océano Ártico y por
el que acceder al Pacífico y a Asia. El 1
de mayo de 1607, una pequeña nave con una docena de hombres zarpó del
puerto de Londres hacia el noroeste, pasó por el archipiélago de las Svalbard
(hoy de Noruega) y a mediados de junio llegó a Groenlandia, el punto más al
norte de América (hoy de Dinamarca). Pero regresaron por el mucho hielo
encontrado y atracaron en Londres el 15 de septiembre.
Henry Hudson, cuadro imaginado (Enciclopedia Británica) |
Durante la primavera de 1608 partió la misma expedición con Hudson
para encontrar un paso por el mar de Barents (cuyas aguas bañan Noruega y
Rusia) y llegaron a Nueva Zembla (Ártico ruso), donde los bloques de hielo los
obligaron de nuevo a regresar. Estos dos fracasos cortaron el aporte financiero
de los miembros de la
Compañía de Moscovia, pero los de la Compañía Neerlandesa
de las Indias Orientales contrataron a Henry Hudson para comandar otra
expedición por el océano Ártico hacia Asia. Hudson zarpó de la isla Texel
(costa neerlandesa del mar del Norte) con una veintena de hombres en otra
pequeña nave.
Cuando los tripulantes neerlandeses e ingleses vieron los bloques
de hielo ártico, se negaron a continuar. Pero el experimentado Hudson, quien
había hablado con John Smith sobre sus experiencias americanas, los convenció
para encontrar un paso hacia China por el oeste, a través del Atlántico y
Norteamérica. En septiembre de 1609, la expedición llegó a las costas del
continente americano y navegó por la bahía donde hoy se asienta la inmensa y
poblada ciudad de Nueva York, siguiendo luego por el río que lleva su apellido,
el Hudson, luchando con algunas tribus indígenas y negociando con otras el
comercio de pieles, perlas, moluscos y otros productos de la zona.
Con el fin de avituallarse para el regreso a Ámsterdam, Hudson y
su tripulación pasaron por el asentamiento inglés de Dartmouth (Nueva Escocia
canadiense), donde los dirigentes militares los retuvieron, prohibieron a
Hudson regresar a los Países Bajos para servir a la competidora Compañía
Neerlandesa de las Indias Orientales, lo forzaron a volver a Inglaterra con un
destacamento de soldados añadido y, una vez en Londres, le pidieron el diario
de a bordo. Sin embargo, Hudson consiguió dárselo al embajador neerlandés y
éste envió un correo de inmediato a Ámsterdan con el registro del viaje y su
propio informe.
A pesar de los problemas con sus propios paisanos y superiores,
Henry Hudson fue elegido por los miembros de la Compañía de Virginia y de
la Compañía Británica
de las Indias Orientales para capitanear una nueva expedición y encontrar la
ansiada ruta hacia China por Norteamérica. Entre los grandes financieros de
estas compañías figuraban Dudley Digges
y John Wolstenholme, diplomáticos y
políticos de la Cámara
de los Comunes (House of Commons) del Reino Unido, y Thomas Smith, erudito del clasicismo grecorromano, embajador, diplomático,
miembro del Parlamento, tesorero de la Compañía de Virginia y primer gobernador de la Compañía Británica
de las Indias Orientales... (sigue)
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