Durante el segundo tramo del siglo XVI hubo casi veinte intentos malogrados
de colonización europea en Norteamérica. Antes de ver a los colonizadores
ingleses que darían origen al estado de Virginia y los posteriores Estados
Unidos de América, comentaremos dos de estos intentos colonizadores por su
importancia: la misión jesuita de Santa María de Ajacán y la Colonia Perdida de emigrantes
procedentes de Inglaterra...
La raíz de Santa María de Ajacán brotó en la colonia hispana de
Santa Elena (hoy Parris Island, Carolina del Sur), de donde partió una
expedición compuesta por ocho jesuitas: los padres Juan Bautista de Segura y Luis
de Quirós, y los hermanos Gabriel
Gómez, Pedro Linares, Juan Bautista Méndez, Cristóbal Redondo, Gabriel de Solís y Sancho
Zeballos, acompañada por un niño llamado Alonso de Olmos y un joven príncipe amerindio bautizado católico
con el nombre Luis de Velasco. La
misión incluía devolver al indígena sus tierras después de utilizarlo como
intérprete, confidente y aliado.
Matoaka (Pocahontas), hija del jefe powhatan |
Los expedicionarios llegaron a la bahía de Chesapeake (Virginia)
en septiembre de 1570, los jesuitas la bautizaron bahía de la Madre de Dios y, como centro
de su misión católica, construyeron una iglesia de madera a la que llamaron
Santa María de Ajacán (Virginia), a unos veinte kilómetos de donde los ingleses
levantarían treinta y seis años después la colonia llamada Jamestown. El
indígena Luis de Velasco desapareció y los ocho jesuitas mencionados fueron
asesinados en febrero de 1571 por guerreros de la tribu Powhatan.
Los ataques indígenas a los colonos europeos continuaron y se
hicieron cada vez más despiadados. Hay indicios de que el príncipe Luis de
Velasco era el jefe Opechancanough u Opchancanough, cuyo nombre significa quien
tiene alma de blanco, cabecilla aborigen que pondría en jaque a los colonos y
soldados ingleses durante muchos años.
Raleigh nombro dirigente de la colonia a John White, hombre de confianza suyo. Dada la mala experiencia de
los colonos anteriores, White intentó primero establecer buenas relaciones con
las belicosas tribus indígenas de la zona, pero fracasó en su intento. El miedo
a ser atacados y la escasez de alimentos agravaron la situación de los colonos
ingleses, y John White debió regresar a Londres para conseguir provisiones y
ayuda militar. Estando en Inglaterra durante el verano de 1588, empezaron a
disputarse las batallas contra la
Grande y Felicísima Armada de Felipe II, y White se quedó
cercado por la guerra sin poder regresar a la isla de Roanoke.
Después de tres años, volvió a la colonia en
un barco de una flota corsaria inglesa y encontró todo desarmado y sin rastro
alguno de sus paisanos, sólo una palabra completa en un poste de madera que
decía croatoan... (sigue)
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