Entre los años 1789 y 1799 se desarrolló la Revolución francesa, donde hubo muchos destrozos y cambios o aparentes cambios de vestimentas e ideales. En 1789 entró en vigor también la Constitución de
Estados Unidos y George Washington fue designado primer presidente de los Estados
Unidos. En 1789 fue fundada por el obispo John Carroll la
universidad católica jesuita más antigua de Estados Unidos, la Universidad de Georgetown,
en Washington D.C. En el siglo XIX esta universidad sería integrada a la Compañía de Jesús restaurada. Allí fue instruido Bill Clinton y el rey Felipe II de Borbón y
Grecia, entre otros muchos altos cargos de gobiernos mundiales...
En 1793, entre las
ejecuciones en la guillotina del rey Borbón Luis XVI de Francia (21 de enero) y
de su esposa Maria Antonieta de Habsburgo y Lorena (16 de octubre), los restos
mortales de reyes, reinas, príncipes, princesas y nobles enterrados en la
basílica de Saint-Denis, mausoleo de los reyes francos desde Hugo Capeto
(940-996), fueron exhumados, sacados de los atáudes, profanados y amontonados
en una fosa abierta fuera del edificio. El cadáver de Enrique IV yacía en buen
estado por haber sido embalsamado y los días siguientes fue profanado y
mutilado por la turba.
Grabado de Luis XVI guillotinado en París, el año 1793 |
Tras la reposición borbónica en Francia el año 1814, el rey Luis
XVIII ordenó en 1817, la restauración de la basilica de Saint-Denis, de las
capillas mortuorias de sus antepasados y retornar los restos vejados a sus
fosas originales. Los encargados de este último asunto se encontraron con que
varios de los esqueletos carecían de la cabeza correspondiente, y uno de ellos
era el del primer rey Borbón de Francia. El cráneo de Enrique IV volvió a
aparecer el año 1919 en una subasta.
Cuando Joseph-Emile
Bourdais la adquirió por 3 francos en una subasta. Buordais aseguraba a
todo el mundo que la reliquia era realmente la cabeza momificada de Enrique IV,
pero nadie lo creyó, ni tan siquiera el Museo del Louvre, quien la rechazó.
Buordais murió, y su hermana custodió la reliquia hasta que se la vendió por
5.000 francos a Jacques Bellanger,
quien la mantuvo oculta en su casa. Unos periodistas, con la colaboración de
Jean-Pierre Babelon (presidente de la Sociedad Enrique
IV) lograron localizar al ya jubilado Bellanger, quién, tras varios meses,
confesó que tenía la reliquia y accedió a cederla para una investigación
científica por la cual se pudo comprobar casi al 100% que la cabeza era de
Enrique IV (con la imposibilidad de usar la prueba del ADN).
Bellanger pidió
que la cabeza fuera entregada a Luis
Alfonso de Borbón, heredero de la dinastía Borbón, pretendiente al trono
francés como Luis XX e hijo de Alfonso de Borbón y Dampierre, (primo del rey de España Juan Carlos I de
Borbón y muerto en un extraño accidente de tráfico el año 1989 junto a su hijo
primogénito de once años Francisco de Asís de Borbón)
Actualmente, el cráneo se encuentra en un banco cerca de París, a
la espera de que se celebre una ceremonia de inhumación en Saint-Denis para
restituirlo...
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