En enero del año 1800, hecho adrede y poco después de llenar de disturbios y sangre el mundo que llaman civilizado y moderno, tuvo lugar la creación del Banco de Francia en París, a imagen y
semejanza del Banco de Inglaterra. Como emperador del Imperio francés tras la Revolución, Napoleón decidió que Francia debía liberarse
de la deuda y de los banqueros que la imponían con sus estudiados intereses, aunque hubiesen financiado todas sus campañas bélicas…
En 1801, el papa Pío
VII recuperó parte de su poder tras los desastres provocados por la Revolución francesa. Napoleón, al más puro estilo de la Roma Imperial, sembró Europa de guerras, destrucción y sangre por todas partes entre los años 1802 y 1815. Su cabeza megalómana se coronó a sí misma como emperador de Francia el año 1804, teniendo humillado a sus pies al papa Pío VII.
Desastres de la Guerra, Francisco de Goya, 1810-1815 |
El año 1812 los archivos vaticanos, situados en Roma con todos sus tesoros y documentos históricos, incluyendo los de los templarios, fueron trasladados a París en su mayor parte.
En 1815, el Congreso de Viena (encuentro internacional convocado para restablecer las fronteras europeas tras la derrota de Napoleón Bonaparte y reordenar las ideologías políticas del Antiguo Régimen dictatorial y monárquico) restituyó casi todas sus antiguas posesiones al papado y mantuvo esta zona bajo la protección del Imperio Austriaco hasta el final de la Primera Guerra Mundial, en 1918...
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