lunes, 12 de diciembre de 2011

Congregación de Hermanos Maristas

El 22 de julio de 1816, Jean Claude Courviere, Juan Claudio Colin, Marcelino Champagnat y varias decenas de iniciados más fueron ordenados sacerdotes con una misión especial. Al día siguiente, el 23 de julio, 12 elegidos de éstos, bajo juramento de constituir la Sociedad de María, subieron al santuario de Nuestra Señora de Fourvière (en la colina situada al oeste de la ciudad francesa de Lyon, desde la que se domina toda la ciudad) y allí celebraron un acto iniciático en el que juraron constituir la Sociedad de María de los Hermanos Maristas, instructores de niños y jóvenes al servicio de la Iglesia pero sin labores sacerdotales…

La Congregación de los Hermanos Maristas es una congregación religiosa católica dedicada a la educación de niños y jóvenes, y forma parte de la Familia Marista global. Fue fundada el 2 de enero de 1817 en La Valla-en-Gier (departamento de Loira, en Francia) por Marcelino Champagnat (1789-1840), un sacerdote de la diócesis de Lyon, canonizado el 18 de abril de 1999 por el papa Juan Pablo II.

Marcelino Champagnat, retrato de M. Ravery, 1840.

En su emblema original hay una frase en clave que reza: Ad Jesum per Mariam (A Jesús por María) y muestra el origen y la intención marista. Jean Claude Colin y sus compañeros del seminario de San Ireneo de Lyon estuvieron muy influidos por los jesuitas. El juramento efectuado en la colina de Fourvière (Lyon) estuvo inspirado por el que hicieron Ignacio de Loyola y sus acólitos en la colina de Montmartre (París) el 15 de agosto de 1534.

El sacerdote franco o francés Jean Claude Courveille fue el encargado de seleccionar un grupo de sacerdotes en el seminario mayor de Saint-Irénée de Lyon para crear la Sociedad de María, formada por adoctrinadores de niños y jóvenes al servicio de la Iglesia pero sin labor sacerdotal. Para labrarse él y su equipo una imagen divinizada, Courveille contó que la Virgen le curó una ceguera casi total que padecía desde niño el año 1809 en la catedral de Nuestra Señora de Le Puy-en-Velay (Aubernia), ciudad dentro de las rutas hacia el mal llamado Camino de Santiago.

Jean Claude Colin bebió de las fuentes jesuitas para redactar la Regla de su congregación y plasmó en sus páginas algunos de sus preceptos. Claro ejemplo de ello es la peregrinación efectuada por Marcelino Champagnat y otros sacerdotes reclutados por Courveille a la tumba de Juan Francisco Régis (1597-1642), jesuita del Colegio de Montpellier que pasó muchos años predicando de forma especial entre los pobres en lugares bajo control de los nobles hugonotes, beatificado el 18 de mayo de 1716 por el papa Clemente XI (Giovanni Francesco Albani) y canonizado sin tardanza el 16 de junio  de 1737 por Clemente XII (Lorenzo Corsini Strozzi).

Así como la carta que el propio Colin envió en 1822 al papa Pío VII (Luigi Barnaba Chiaramonti) con el mismo ánimo de misión universal: …in quavis mundi plaga ad Quam mittere volet Sedes Apostolica (…en cada rincón del mundo al que desee enviar la Sede Apostólica). Y estas intrucciones que escribió a sus alumnos y discípulos el año 1848: Quiero que sepan de modo imperturbable el método de meditación de San Ignacio con cada uno de sus actos. Y quiero personamente vérselo recitar a cada cual. En todos nuestros noviciados y en todas nuestras casas, ése es el método que se debe enseñar. Conviene que seal el mismo en todos los sitios. Eso estará en la Regla. Yo prefiero el metódo de meditación de San Ignacio porque es el más apropiado para que lo comprendamos. Creo que se lo reveló directamente Dios.

El mes de enero de 1863, el papa Pío IX les concedió el privilegio de ser una Institución de Derecho Pontificio con el nombre oficial de Frates Maristae Scholarum (Escuelas de Hermanos Maristas).

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