jueves, 12 de diciembre de 2013

La Sagrada Familia de Antonio Gaudí

El año 1883 Antonio Gaudí, extraordinario masón y alquimista, asumió el proyecto de construcción del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, llamada popularmente la Catedral de los Pobres en memoria de la sagrada comunidad cristiana o esenia que plantó cara al Imperio romano, provocó su caída o declive y dejó escrito el Nuevo Testamento. Antes de morir entre los pobres como era su deseo, Gaudí escribió: Conviene no confundir a la pobreza con la miseria. La primera lleva a la elegancia y a la belleza. La segunda, en cambio, al hambre y al rencor. La riqueza solo conduce hacia la opulencia y la complicación. El arte es belleza y la belleza es resplandor de la verdad, sin la cual no hay arte...
 
La idea de construir un templo expiatorio dedicado a la Sagrada Familia en unos nuevos terrenos del Eixample barcelonés fue del librero Josep Maria Bocabella, inspirado por el sacerdote Josep Manyanet (que fue canonizado el año 2004), fundador de las congregaciones religiosas Congregación de Hijos de la Sagrada Familia  y Congregación de Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, encargadas de promover el culto a la Sagrada Familia y fomentar la educación católica de niños y jóvenes.

Antonio Gaudi pintado por Leopoldo Rovira el año 1878

Bocabella fundó la Asociación de Devotos de San José para recaudar fondos y, para construir el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia compró una manzana entera del Eixample en un lugar conocido como El Poblet, cerca del Camp de l'Arpa, en Sant Martí de Provençals, entre las calles Provença, Mallorca, Marina y Sardenya. Este solar le costó 172.000 pesetas de la época, una elevada cantidad.

El proyecto de esta catedral fue encargado en primer lugar al arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano, que ideó un conjunto neogótico, desechando la idea de Bocabella de hacer una réplica del Santuario de Loreto (supuestamente, la casa de José  y María en Nazaret, los padres del Jesús).

La primera piedra de la Sagrada Familia se colocó el 19 de marzo de 1882, día de San José. A su colocación acudió el entonces obispo de Barcelona José María Urquinaona Bidot, que hoy tiene una calle y una estación de metro en Barcelona. Antonio Gaudí asistió a esta ceremonia, pues había trabajado como ayudante de Villar en varios proyectos y estaban unidos profesionalmente.
 
Tras el incendio de la anterior sede episcopal astorgana en 1886, el obispo Juan Baptista Grau Vallespinós, paisano, amigo y maestro litúrgico de Antonio Gaudí, encargó al artista y arquitecto el diseño y la supervisión de una nueva sede para su episcopado, encargándose de este trabajo y de otros los años siguientes.

En 1893 murió el obispo Grau y Gaudí, por desavenencias con la junta diocesana, no tanto de forma como de fondo, decidió abandonar el proyecto del Palacio Episcopal de Astorga y llevarse con él a los valiosos artesanos y canteros catalanes que trabajaban con él, equipo muy semejante a los de la Edad Media y a los que trabajaron con el Maestro Mateo en la catedral de Compostela. Este palacio clerical fue finalizado por Ricardo García Guereta más de veinte años después y alberga hoy el Museo de los Caminos (de Santiago).

Antonio Gaudía era persona de carácter firme, hasta el punto de dejar plantado a un grupo de poderosos personajes neoyorquinos. En 1908 le propusieron la proyección de un enorme hotel en el barrio neoyorquino de Manhattan. Lo querían llamar Hotel Atracción. Gaudí realizó los bocetos del impresionante edificio con 360 metros de altura. Sin embargo, cortó de raíz su relación con los americanos cuando vio con claridad el soberbio y vano tinglado comercial de proyección internacional en el que le querían meter. Actitud que contrasta de forma llamativa con el ánimo servil, cicatero y mercantil de otros iniciados en tales ritos arquitectónicos o constructores.

Gaudí vivió los últimos doce años de su vida dedicado en exclusiva al diseño y la construcción de la Sagrada Familia, la Sagrada Familia Humana, y su manifiesta y profunda espiritualidad, comparable a los maestros constructores de la Edad Media, por lo que algunos historiadores acertados lo califican como el último maestro gótico, creador de novedades y de maravillas constructivas a partir de su poder espiritual.

Fue atropellado por un tranvía en Barcelona y confundido con un mendigo por su íntimo deseo de morir en la pobreza material, símbolo de riqueza espiritual como pregonaba la filosofía esenia, predominante en Tierra Santa entre los siglos II a.C. y II d.C., y en Europa con los judeocristianos cátaros durante la Edad Media...


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