jueves, 7 de julio de 2016

La Guerra de los Mundos: gran experimento y mayor burla de masas

La Guerra de los Mundos de 1938 fue narrada por Orson Welles. Fue este uno de los muchos proyectos de manipulación de masas (o grandes grupos de personas) organizados por los Mass Media estadounidenses en comunión con la CIA y otros servicios secretos. Orson Welles fue considerado en su momento como uno de los artistas más versátiles del siglo XX. Logró el éxito a los veintitrés años gracias a la obra radiofónica La Guerra de los Mundos, un drama bélico extraterrestre que causó conmoción en los Estados Unidos. Muchos oyentes del programa pensaron que se trataba de una retransmisión verdadera de una invasión de seres alienígenas y violentos. Este sensacional debut le valió un contrato para tres películas con el estudio cinematográfico RKO (CBS), empresa que le dio total libertad para sus creaciones. A pesar de ello, solo uno de sus proyectos previstos pudo ver finalmente la luz: su película Ciudadano Kane (1941), la más exitosa de su carrera.

Sin embargo, pocas personas sabían entonces que era mentira y algunas murieron de puro miedo. Este programa, fue emitido a las 21:00 horas en domingo 30 de octubre de 1938, a menos de un año de empezar la Segunda Guerra Mundial. Fue narrado por el joven actor Orson Welles de manera impecable, hasta tal punto que casi todos los radioyentes se creyeron lo narrado y a algunos de ellos los mató el miedo que les infundió. Orson Welles, con solo veintitrés años, empezó a narrar:

Sabemos ahora que en los primeros años del siglo XX nuestro planeta estaba siendo observado muy atentamente por inteligencias superiores a las del hombre, aunque también tan mortales como las nuestras...

Sabemos que mientras los hombres se dedican afanosamente a sus múltiples ocupaciones y negocios, están siendo examinados y estudiados. Tan minuciosamente como cuando el hombre mismo hace con un microscopio cuando examina los microbios que se concentran y multiplican dentro de una gota de agua. La gente se movía alegremente de un lado a otro por toda la faz de la tierra, dedicada a sus particulares quehaceres. Individuos plenamente convencidos de su dominio sobre este pequeño planeta del sistema solar, que por casualidad, o mejor dicho, por designio divino, el hombre ha heredado, escapando así de la misteriosa oscuridad del tiempo y del espacio. Sin embargo, a través del inmenso universo, mentes que son a nuestras mentes, como las nuestras lo son a las de las bestias de la jungla, inteligencias poderosas, frías y carentes de sentimientos, contemplaban con envidia nuestro planeta Tierra. Seres que lentamente, pero con mucha seguridad, preparaban un plan contra nosotros. Fue el año 39 del siglo XX cuando llegó la gran desilusión. A finales del mes de octubre sucedió lo inesperado... 

 

Orson Welles narrando La Guerra de los Mundos en 1938


Este engaño, servido en bandeja por un gran actor y pobre persona, serviría para afianzar futuras manipulaciones de grandes audiencias, junto a desplomes de la bolsa, desempleos masivos, crisis monetarias, guerras y otras astucias que van más allá de la política, como revelaba Orson Welles al comienzo de La Guerra de los Mundos. Una constante en el mundo del siglo XX y, más aún, del siglo XXI, para hacer desaparecer los seres humanos atentos, conscientes y diferenciadores de la coherente realidad de la pura ficción o mentira.

 

Para saber más sobre el tema:

Los Seres Oscuros de Nag Hammadi

Orson Welles, la historia tras La Guerra de los Mundos

La Guerra del los Mundos, centenario Orson Welles 

 

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