viernes, 3 de marzo de 2017

El Instituto Tavi-stock (human rats)

El año 1947 y bajo aparente beneficencia social, la Clínica Tavistock se convirtió en el Instituto Tavistock de Relaciones Humanas gracias a la inversión privada de la Fundación Rockefeller. A la Clínica Tavistock le siguieron multitud de centros para el control mental de masas en todo el mundo, como la Clínica Psicológica de Harvard. Ésta, bajo la dirección del psicólogo alemán Kurt Lewin, fue responsable de la campaña de progapanda que cambió la opinión del pueblo estadounidense contra Alemania y lo involucró en la Segunda Guerra Mundial...

La Clínica Tavistock nacíó el año 1920 en Londres. Herbrand Arthur Russell, 14º duque de Bedford y marqués de Tavistock, cedió un edificio en el centro londinense, llamado la City (milla cuadrada que es sede del control financiero, político y social del mundo), a un grupo de médicos y psiquiatras para sus estudios. 

Esta institución dependía del departamento de guerra psicológica del ejército británico. Centraba sus investigaciones en el efecto traumático de los bombardeos sobre soldados y civiles en la Primera Guerra Mundial, para comprobar dónde se rompía la resistencia psicológica de las personas y encontrar el punto en el que quedaban incapacitadas para oponerse a su control.

Como bien decía Carlos Gómez Casuso en Blastingnews el 19 de enero de 2018:

Estoy seguro de que la mayor parte de la sociedad, si le hubieran preguntado sobre el instituto Tavistock habrían respondido en su totalidad que no tenían ni idea. A mí­ me pasó lo mismo hasta hace un par de años que comencé a conocer a esta institución, un lobo vestido con piel de cordero. En esta noticia trataré de hacerles llegar de manera resumida lo que pude averiguar sobre esta institución (la versión oficial y la extraoficial), que esconde un lado oscuro peligroso para la población mundial.

La versión oficial señala que la organización sociológica londinense se dedica al estudio de la psicologí­a de grupos desde una orientación psicoanalí­tica.

El instituto Tavistock, en su propia página web, señala que es una organización independiente sin ánimo de lucro, creada en el año 1947, que busca aplicar la investigación en las ciencias sociales en múltiples áreas: gobierno, industria, salud, educación, etc. Los clientes van desde pequeños grupos comunitarios nacionales a grandes multinacionales.

Sin embargo, otros investigadores me pusieron sobre la pista acerca de los objetivos ocultos (versión extraoficial) que ha tenido la corporación sociológica londinense: Íker Jiménez y Santiago Camacho ( ambos periodistas de los programas Milenio 3 y Cuarto Milenio) y el doctor Byron T. Weeks, J.L. Camacho (del canal de YouTube Mundo desconocido).

El Instituto Tavistock pretende controlar de forma sutil las mentes de la población mundial a través de diferentes herramientas: la televisión, la música, la publicidad, el marketing y otros medios de difusión y relación social.

Primero, les pondré en antecedentes sobre el origen del instituto Tavistock, que cuenta con el apoyo financiero de la Fundación Rockefeller, y con el respaldo también de grupos influyentes, como el reconocido Grupo Bielderberga, la masonerí­a o los jesuitas, que tienen situados a las personas más influyentes y ricas del planeta en los diferentes ámbitos (polí­tico, económico, social, industrial...), a los que interesa tener a la sociedad controlada, y qué mejor que manipular nuestras mentes para alcanzar su meta de tenernos esclavizados, para así­ establecer un Orden Mundial adecuado a sus intereses.

En sus inicios, el Instituto Tavistock trabajó para el Ministerio de Defensa británico durante la Segunda Guerra Mundial. Su principal objetivo fue el estudio sobre los efectos psicológicos de los bombardeos, tanto en civiles como en militares, que marcó la era de la guerra psicológica. Seguidores de las doctrinas del psicoanalista Sigmund Freud creyeron que la civilización no era una prueba del progreso humano sino de la necesidad de contener al animal irracional que llevamos dentro a través de una serie de mecanismos para mantener contento y controlado al pueblo.

Posteriormente, en la década de los 50, esta organización desarrolló los métodos del lavado de cerebro masivo por primera vez de forma experimental con los prisioneros americanos de la guerra de Corea. Sus pruebas en método de control de masas han sido muy usadas en el público norteamericano, corrigiendo el comportamiento del individuo a través de la psicología de tópicos.

Un único denominador común identifica la estrategia única del Instituto Tavistock: la utilización de drogas. El programa de la C.I.A, MK Ultra (programa de control mental creado por la agencia de inteligencia norteamericana, que trabajó en estrecha colaboración con esta organización londinense), en el que se administró LSD a sus compañeros y funcionarios de la CIA, estudiando sus reacciones como si fueran ratas de laboratorio, experimento que produjo muchas muertes.

Sería en los años 50 cuando el LSD comenzó a cobrar protagonismo dentro del programa de control mental de la CIA, MK Ultra, realizando pruebas sobre algunas personas en Canadá.

El doctor Ewen Cameron, presidente de la Asociación de Psicologí­a Canadiense y director del Hospital Royal Victorian, en Montreal, recibió numerosos pagos de la agencia de inteligencia americana, para administrar a 53 pacientes grandes dosis de LSD, y registrar sus reacciones. Los pacientes fueron mantenidos dormidos por sustancias psicotrópicas durante semanas, y luego se les aplicaron tratamientos de electrochoques. La esposa de un miembro del Parlamento Canadiense fue una de las víctimas de este experimento y demandó a las empresas estadounidenses que proporcionaron la droga a la CIA.

El cúmulo de atrocidades que continuó la CIA tuvo un nuevo capí­tulo a finales de los años 60 con la creación de la revolución de los estudiantes o el movimiento hippie, que fue financiada por la CIA por 25 millones de dólares.

Como ocurrió en Canadá, la CIA pagó al doctor Herbert Kelman, de la Universidad de Harvard, para realizar nuevos experimentos con el LSD en Estados Unidos.

A nadie escapa que se usaron a miles de personas como 'ratas' de laboratorio y la CIA introdujo esta sustancia psicotrópica en el citado movimiento hippie (la denominada contracultura de la década de los 60). Este movimiento comenzó en Estados Unidos y se extendió por toda Europa. Ni qué decir tiene que la CIA, en estrecha colaboración con el Instituto Tavistock, aunaron fuerzas para que se llevara a cabo este experimento social y psicológico a gran escala, con el principal objetivo de crear un colapso cíclico.

Este producto de una ingenierí­a social, bien diseñada por estas dos organizaciones, combinó dos ingredientes perfectos para controlar las mentes inconscientes del individuo: las drogas, con la integración del LSD y otras sustancias quí­micas que anularon la consciencia del ser humano, y el surgimiento de la música del Rock and roll.

Lo que se pretendí­a era llegar a aquellos jóvenes caracterizados por una estética, que se dejaban crecer el pelo con atuendos donde abundaban las flores -conocida como la flower power-, que se complementaba con un comportamiento social antibelicista contra la guerra de Vietnam proclamando la paz y el amor libre. Ésto supuso una brutal ruptura generacional que fue derivando hacia el consumo de drogas como el LSD, provocando muchas muertes por el camino.

Algunos de los más reconocidos grupos musicales de aquella legendaria época, como The Beatles o The Rolling Stones fueron una invención manufacturada de ingeniería social creada por el Instituto Tavistock y la CIA, como un modo de control de las masas. 

Algunos de estos músicos, así como muchos de sus fans, fueron ví­ctimas del consumo de drogas, sobre todo, el LSD, que causaron unos efectos devastadores cobrándose miles de muertes.

Otro de los instrumentos más poderosos empleados por el Tavistock para controlar las mentes de la persona es la televisión. Los medios audiovisuales marcan unas directrices que se siguen como doctrinas, como son las de bombardearte de noticias negativas en los telediarios, emitir series y películas con contenidos violentos, entre otros dogmas, que provocan en la persona un comportamiento agresivo. El resultado de ello es que se ha creado una sociedad agresiva y violenta. ¿Creen que ésto es producto de la casualidad?

Ya les digo yo que no, y les explicaré por qué.

Para que entiendan hasta dónde quiero llegar, les relataré unos experimentos realizados por el investigador norteamericano Herbert Krugman, que se describe en el interesante libro escrito por Robert Goodman, El libro negro de los Illuminati. Krugman revela que cuando una persona mira a la televisión, la actividad cerebral cambia del hemisferio izquierdo al derecho. El hemisferio izquierdo es la zona de los pensamientos lógicos donde la información recibida está separada en diferentes paquetes para analizarla crí­ticamente. Por otra parte, el hemisferio derecho trata los datos que recibe sin crí­ticas, procesando toda la información, a la vez que conducen a respuestas emocionales.

El desplazamiento desde la actividad cerebral izquierda a derecha estimula la liberación de endorfinas. De esta forma, es posible llegar a ser un adicto a la televisión. Muchos jóvenes criados delante de la televisión, están muertos intelectualmente en los primeros años de la adolescencia, por sobredosis.

Cuantos de ustedes no han escuchado una frase muy familiar que resume la 'idiotización' a la que se nos somete con la caja tonta cuando nos informan de algo en los telediarios o en los programas de distinta í­ndole que se emiten: Lo ha dicho la tele..., o la televisión ha dicho.... , dando por sentado que lo que se nos cuenta es la verdad absoluta o que casi es Dios, sin llegarse a plantear si esa información está manipulada o se ha ocultado ciertos detalles de la noticia que interesa no informar a la opinión pública para que no se sepa la verdadera realidad.

Cada vez más se nos ofrecen programas basura, realities shows, pelí­culas o series de televisión que no nos hagan pensar, partidos de fútbol, música poco creativa... Ya lo decí­a en 1928 Edward Bernays, sobrino del psicoanalista Sigmund Freud y un gran maestro de cómo manipular la mente del individuo, según se cita en El libro negro de los Illuminati, de Robert Goodman: La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones de las masas es un elemento importante en la sociedad democrática. Aquellos que manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible, que es el auténtico poder que controla nuestro paí­s.

El Instituto Tavistock, junto a los distintos gobiernos, han ampliado su red de control de masas en la jugosa golosina envenenada de la era de las nuevas tecnologí­as, que cada día avanza más a pasos agigantados para tenernos todavía más atontados.

Nada más tienen que darse una vuelta por la calle y observen a cualquier persona que va a todos los lados hablando o 'wasapeando' con el teléfono móvil, enganchados también a las redes sociales, por internet, la creación de la realidad virtual, los ví­deo-juegos violentos... ¡¡Ojo!!. No estoy en contra de este progreso porque está claro que el avance de las nuevas tecnologías ha contribuido en mucho en diferentes campos y facilita mucho el trabajo en muchos aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo, sí considero que debemos tener un control sobre ello porque como las máquinas nos acaben controlando, iremos por mal camino.

Las técnicas que se usan en Tavistock, así­ como en otras instituciones afines, mayoritariamente norteamericanas y británicas, tienen como único objetivo romper la fuerza psicológica del individuo y dejarlo incapacitado para oponerse a lo que les dictan sus gobiernos. Cualquier instrumento que ayude a romper la unidad familiar y los principios inculcados por la familia acerca de la religión, el patriotismo y el comportamiento sexual es usado por los cientí­ficos de esta organización privada como arma de control de masas...


Para saber más sobre el tema:

Alcance del Instituto T@vi-stock

Un Instituto con Mando a Distancia 

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