Con nuestras mentes sucede algo parecido a la relación que tenemos con nuestros teléfonos móviles o celulares. Todo el mundo los toca y maneja sin haber leído su manual de instrucciones (sobre todo porque ya no los hacen), ni saber todas sus funciones, ni hasta dónde llegan todos nuestros mensajes, fotos, vídeos y pensamientos enviados con ellos, ni hasta qué punto la energía que los mueve nos puede afectar física y psicológicamente. Alguien dijo de manera acertada que, como el dinero, estos aparatos, su lenguaje binario y sus avanzados circuitos son obra del mismísimo diablo.
De nuestra mente parten los pensamientos y el lenguaje que los conforma. Los sabios antiguos siempre han advertido que debemos tener cuidado con nuestros pensamientos y purificar nuestro lenguaje para mejorar nuestras vidas y elevar nuestras conciencias. Así podremos desarrollar las facultades superiores de nuestra extraordinaria mente. Mente que emite energía electromagnética a través de nuestro cerebro, nuestro sistema nervioso entérico y nuestro corazón.
Si no ponemos atención en ello, la perdición está asegurada.
Este trabajo muestra qué es la mente, dónde está y de quién es realmente.
He aquí algunas de las láminas empleadas para su exposición:
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