domingo, 3 de marzo de 2013

Guerra de Secesión Estadounidense

Entre los años 1861 y 1865 se disputó la Guerra Civil o de Secesión Estadounidense. La llamada Unión, formada por 21 estados del norte, contra los 11 sureños Estados Confederados de América. Fue esta una guerra enfrentada entre dos sistemas económicos distintos, pero los dos esclavistas: el capitalista, promovido por la poderosa facción del norte y el negrero, sostenido por los grupos de poder del sur...
 
El sistema negrero mantiene a los esclavos que utiliza. El capitalista utiliza a los esclavos de igual modo, pero permite y exige que éstos se mantengan a sí mismos o sucumban en el intento de sobrevivir, a lo que ayudan las continuas crisis económicas, provocadas y originarias de mayor carestía, deudas, hambrunas y otras muchas penurias humanas.

Foto de Alexander Gardner, Guerra de Secesión Estadounidense

El origen de las enormes sumas de dinero estadounidenses se centra en su Guerra de Secesión, con el enfrentamiento bélico entre la economía industrial y comercial del Norte y el más viejo modelo agrícola y latifundista del Sur.

Esta aclaración histórica deshace la patraña que se utiliza hoy sobre las razones humanitarias y la abolición de la esclavitud. Utilizadas por la progapanda y los adornos espúrios de los masones norteños.

Otra prueba de esta mentira es que las condiciones de vida de los asalariados del Norte se diferenciaban poquísimo de las que había en las plantaciones de esclavos del Sur.

Lo que se desarrolló de forma importante en aquel premeditado conflicto bélico no fue otra cosa que la imposición del modelo económico-esclavista del Norte, sistema que respondía mucho mejor a las exigencias del capitalismo expansivo, el que hoy vivimos.

El balance de aquella guerra por el poder ofrece dos caras muy distintas, como el dios romano Jano. En una aparecen las más de seiscientas mil personas asesinadas y los incontables destrozos materiales causados por la guerra. En la otra se muestra sonriente el gran desarrollo industrial que el esfuerzo bélico proporcionó a los poderosos del Norte, tanto políticos como militares y clérigos, así como el espectacular enriquecimiento que prudujo para los especuladores y los proveedores de los dos ejércitos.

La transformación económica proporcionada por el conflicto permitió el desarrollo y la acumulación de enormes fortunas, dando paso al proceso de concentración mercantil e industrial en beneficio de los grandes monopolios económicos y de sus multimillonarios y crueles accionistas.

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