La Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), también
llamada Primera Internacional, fue la primera gran organización que trató de
unir a los trabajadores de los diferentes países. Tras numerosos contactos
entre personajes británicos y franceses
escogidos y masones, se convocó el día 28 de septiembre de 1864 una reunión en el
St. Martin’s Hall de Londres...
A esta reunión asistieron delegados de organizaciones obreras,
trade-unionistas británicos, proudhianos franceses, miembros de la Asociación
de Trabajadores Alemanes, exiliados alemanes, polacos, húngaros, italianos,
españoles, etc.. Reunidos en Asamblea acordaron fundar la Asociación
Internacional de Trabajadores (AIT), conocida como La Internacional,
asociación de controvertido fondo y de acciones dirigidas desde otros
estamentos.
Reunión de miembros de la Primera Internacional el año 1866 |
La asamblea de delegados eligió un comité provisional donde había
cartistas, sindicalistas, socialistas de distinta tendencias, seguidores de
Proudhon y los que, muy pronto, con disgusto del propio Marx, también presente
en el comité, iban a ser conocidos como marxistas.
Karl Marx se convirtió, y no por casualidad sino por estar preparado para ello desde años atrás, en el personaje clave de la Internacional
cuando fue encargado de redactar un Llamamiento inaugural de la Internacional.
En el texto que escribió destacaban varias ideas: la Internacional no debía abolir las asociaciones nacionales, sino
potenciar a escala mundial su actividad, la emancipación de la clase obrera sería obra de los propios
trabajadores y no habría emancipación sin lucha por el poder político.
Sus teóricos fines eran la organización política del proletariado en
Europa y el resto del mundo, así como un foro para examinar problemas en común
y proponer líneas de acción. Colaboraron en ella Karl Marx, Engels y Mijaíl
Bakunin.
Las grandes tensiones, fruto de las diferencias programáticas existentes
entre Marx y los partidarios del socialismo científico, y Bakunin y los
partidarios del anarquismo colectivista, llevaron a la escisión entre ambos
sectores: marxistas y bakunistas.
Considerando los primeros en favor de la
formación de una internacional de partidos obreros fuertemente centralizados,
con un programa de mínimos basado en la lucha por conquistas sociales y
laborales concretas, y uno de máximos basado en la lucha por la revolución
social a través de la conquista del poder del Estado.
Y los segundos en favor
de un modelo revolucionario basado en la organización asociativa-cooperativa
(federalismo social) que rechaza el poder centralizado, por ende el monopolio
de la violencia. En 1872 el Consejo General de la AIT se traslada desde Londres,
donde está ubicado desde sus inicios, a Nueva York, disolviéndose oficialmente
en 1876.
Para saber más sobre el tema:
Para contactos profesionales o editoriales, enviar email.
No hay comentarios:
Publicar un comentario