En 1950, el papa Pío XII (Eugenio Pacelli), miembro de una poderosa familia desde tiempos de la antigua Roma, declaró válida la aparición de la Virgen en Coromoto en la población venezonala de Guarane de los Cospes y la nombró patrona de Venezuela. Años después, en 1996, Juan Pablo II la coronó en su visita al Santuario
mariano en Guanare y Benedicto XVI elevó en 2006 al Santuario
Nacional de Nuestra Señora de Coromoto a la categoría de Basílica Menor.
La ciudad venezolana de Guanare fue fundada en 1591, los indígenas que habitaban en la región, los cospes, huyeron a la selva, situada al norte de la nueva ciudad. Esta huída dificultó la dominación que la cúpula católica había emprendido. Cuentan las crónicas católicas que un día de 1651, el cacique Coromoto y su mujer atravesaban una corriente de agua y vieron una señora de extraordinaria belleza que les dijo en su lengua nativa: Vayan a casa de los blancos y pídanles que les eche el agua en la cabeza para así poder ir al cielo. Casualmente, un español llamado Juan Sánchez (figura inventada por los inventores de la historia) pasó por ahí y el cacique Coromoto le relató lo sucedido...
Entonces, Juan Sánchez le pidió que se alistara con la tribu, que él pasaría en ocho días para enseñarles lo necesario para bautizarlos. Cuando regresó, los indígenas marcharon con él a un ángulo formado por los ríos Guanaguanare y Tucupido, donde les repartieron tierras e iniciaron la catequización o adoctrinamiento, a fin de prepararlos para el bautizo católico. Varios indígenas recibieron el bautismo, pero no Coromoto, quien echaba de menos la selva donde él era libre y no quería obedecer la imposición de los blancos. Esto lo hizo preparar su huida del campamento. Sin embargo, el sábado 8 de septiembre de 1652, la Virgen se apareció de nuevo en su choza a Coromoto, su mujer, su cuñada Isabel y un sobrino de esta. El cacique cogió una flecha, la puso en su arco y apuntó para matarla. La Virgen se le acercó y Coromoto lanzó la flecha e intentó agarrarla, pero ella desapareció, dejándole en la mano un pequeño pergamino con su imagen grabada.
Por la tarde del sábado 8 de septiembre de 1652, Juan Sánchez ordenó la reunión de los indios que trabajaban en Soropo. El castellano instó al Cacique a que se juntara con sus compañeros y asistiera a los actos religiosos que iban a celebrarse. Coromoto se negó rotundamente a esta invitación, y mientras sus compañeros oraban, él muy enojado y rabioso intentó irse hacia su pueblo. Pero, habiendo transcurrido unos instantes desde su llegada a la choza junto a su esposa, su cuñada y su sobrino, la Virgen volvió a aparecérsele de modo visible y corpóreo en el umbral de la choza del indio. De ella salían copiosos rayos de luz que bañaban el estrecho recinto del habitáculo, tan potente como el sol de mediodía, según describió Isabel, cuñada de Coromoto.
El sobrino de Isabel corrió a avisarle a Juan Sánchez. Con dos de sus compañeros fueron al sitio donde apareció la Virgen y recogieron el pergamino que dejó. La imagen fue alumbrada por Sánchez con apenas un cabo de cera negra. Esta luminaria ardió día y noche sin consumirse, desde las doce del domingo hasta el martes por la tarde. Hecho considerado por los testigos como milagroso. Dieron parte a las autoridades civiles y eclesiásticas, quienes a pesar de no creerlo, resolvieron llevar el pergamino a la Iglesia de Guanare en 1654, donde permaneció en un relicario hasta 1987, cuando fue incrustada en el pedestal de la imagen de madera en que yace hoy día en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto, construido en el lugar de esta segunda aparición.
Se añade que el cacique Coromoto al ver que la Virgen no había logrado nada con él, huyó a la selva, donde lo mordió una serpiente venenosa. Entonces comenzó a pedir el bautismo, el cual le fue administrado por alguien que pasaba por ahí. Al bautizarse se convirtió en apóstol entre los indígenas, pidiendo a estos que no se separaran del misionero y que se bautizaran, y luego falleció. Como consecuencia de esto, acaba la crónica católica, los indios cospes formaron una comunidad de fieles muy fervorosos.
1- Esta clase de apariciones a reyes o caciques ha sido habitual en las crónicas católicas a lo largo de los siglos. Un ejemplo es el del monasterio de Santa María la Real del Nájera (Navarra, España). Su leyenda, creada por los inexactos y fantasiosos cronistas católicos, cuenta que el año 1044 y cazando con cetrería, el rey García Sánchez III descubrió una imagen de la Virgen en una cueva. Mientras seguía a su halcón encontró una pequeña capilla hecha en la cueva con la imagen de la Virgen, un ramo de azucenas (símbolo del monasterio) y una campana. La imagen recibe el nombre de Santa María en la Cueva y se ordena construir allí un templo con un monasterio. El templo sería consagrado y acabado el 12 de diciembre de 1052. Los triunfos que siguieron en las guerras contra los musulmanes fueron atribuidos a la imagen hallada de esta Virgen.
Esta es una de los objetivos de la invención de las apariciones marianas, dentro del catolicismo, a lo largo de la Historia: la participación de seres celestes y, en teoría puros, en asuntos de guerrra y eliminación de otras personas.
2- Existen otro tipo de apariciones de la Virgen cuya intención es algo diferente y está muy relacionada con otro tipo de apariciones: las de los seres definidos como extraterrestres o del fenómemo OVNI. En ellas, casi todos los protagonistas de las apariciones son niños y niñas, la Virgen les revela secretos que no pueden descubrir hasta recibir órdenes de ella, les habla de desastres y cosas horribles como cataclismos y el fin del mundo, les dice que son los escogidos para ser salvados de esos sucesos, las nubes están siempre relacionadas con estas apariciones, en el momento de las manifestaciones virginales y angelicales siempre hay silbidos, zumbidos o vibraciones, las apariciones suceden en lugares apartados o solitarios, hay manifestación de luces fuertes o imágenes borrosas o esferas muy brillantes o discos rodeados de luz, las figuras que se presentan suelen ser muy bellas (aunque también algunos presentes dicen ver a Satanás).
Todas estas apariciones virginales o celestiales tiene una gran similitud con las apariciones de extraterrestres. Se trata de un mismo fenómeno con dos actuaciones completamente diferentes. Dos representaciones efectuadas por las mismas entidades o seres. Seres que conocen muy bien la mente y la psicología de las multitudes humanas a las que amedrentan o encandilan con sus apariciones y mensajes.
Para saber más sobre el tema:
Las Apariciones Marianas: S. Freixedo
Objetos Volantes Sí Identificados
Textos de Nag Hammadi y seres duales
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