El médico Joseph Mengele y cinco mil científicos nazis más fueron trasladados a EE.UU y siguieron trabajando en instalaciones subterráneas americanas, experimentando con niños secuestrados en las calles para perfeccionar sus técnicas de control mental. Estas investigaciones llevaron a la creación del proyecto MK-Ultra el año 1953, programa secreto para el control mental de la población, diseñado y organizado por la CIA (Agencia Central de Inteligencia estadounidense). Psiquiatras y psicólogos del experimento usaron a ciudadanos estadounidenses y canadienses contra su voluntad. Emplearon diversos métodos para alterar su estado mental y sus funciones cerebrales: administrar drogas como LSD y otros productos químicos, hipnosis, privación sensorial, aislamiento, rebuscadas formas de tortura, y abusos verbales y sexuales. MK-Ultra se inició por orden de Allen Welsh Dulles, primer director civil de la CIA, y su primer jefe es Sidney Gottlieb, cuyo nombre real era Joseph Scheider, jefe de la División de Servicios Técnicos de la CIA, más conocida como «La Casa de los Horrores».
Tras la Comisión Rockefeller del año 1975, se hizo público el experimento MK-Ultra y la CIA lo abandonó oficialmente, aunque continuó con otros experimentos mentales como el Proyecto Monarca. En él se hacía uso de traumas para el control mental de los seres humanos, llamados esclavos. Los esclavos Monarca, utilizados por ciertas organizaciones de alto nivel, eran entrenados para asesinatos de alto perfil, para la prostitución, la pornografía y también como artistas. Todos ellos controlados y adiestrados para que no cuestionaran las órdenes dadas, ni olvidaran sus actos y, si son descubiertos, hasta puedieran suicidarse sin dudarlo ni ser conscientes de ello. Según el periodista e investigador Fritz Springmeier, este control mental se utiliza por ciertos grupos que se conocen entre sí como La Red...
Para conocer mejor el tema de la manipulación mental y social es útil conocer la historia de la psicología y la psiquiatría actuales. Su diseño no es de ayuda para los seres humanos, sino de control y deterioro mental. Tácticas que impiden la conciencia de las personas y su mayor dependencia en el mundo actual. La progresión de estas pseudociencias, en íntimia comunión con las drogas y los conflictos bélicos, ha sido esta:
La Ciencia empieza a indagar en la mente humana de una nueva forma durante el siglo XVII, época de la Ilustración y el racionalismo cartesiano. Aparecen los primeros exploradores del cerebro humano, iniciadores de la moderna neurología que comienzan a describir las estructuras intracraneales y algunas de sus funciones, conceptualizando las causas del comportamiento humano y las teorías de sus trastornos. Hasta ese momento, la Inquisición y sus artífices se ocupaban con exclusividad de catalogar la conducta humana y poner los medios para enderezar sus desvíos doctrinales.
El médico y político estadounidense Benjamin Rush, uno de los Padres fundadores de los Estados Unidos de América y Padre de la psiquiatría moderna, viaja a Francia en 1769 y mantiene contacto con médicos, científicos y filósofos de este país. Años después, trabajando como profesor de medicina en la universidad de Pensilvania, declara que la negritud es una forma de lepra que hace inferiores a los negros, estableciendo una susceptibilidad genética en las enfermedades mentales.
A partir de la Revolución francesa de 1789, médicos como el francés Philippe Pinel establecen la primera clasificación científica de las enfermedades mentales y proponen crear un colectivo especial para atender a las personas que consideran alienadas o perturbadas.
El año 1798 el ejército napoleónico inicia una campaña militar por Egipto y Siria, Napoleón Bonaparte ordena que cambien su ración de vino por otra de hachís, la resina comprimida del cannabis. Sus generales se quejan del cambio porque la droga disminuye la violencia de los soldados, muchos se enganchan a ella y llevan su consumo a Francia.
La morfina, alcaloide extraído de las flores del opio con fuertes efectos analgésicos, es descubierta en 1804 por el farmacéutico alemán Friedrich W. Adam Sertürner. La llama así pensando en Morfeo, el dios griego de los sueños e hijo de Hipnos, dios del sueño.
Durante los años 1839 y 1842 se disputa la Primera Guerra del Opio entre China y el Reino Unido. China había prohibido en 1721 el contacto comercial con occidente y, para forzarlo, el Reino Unido comienza a exportar opio a China con el apoyo de Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Rusia, Portugal y España. La adicción al opio de gran parte de la población genera graves problemas sociales y de salud en China, y sus gobernantes son obligados a abrir sus puertos a los occidentales.
El virginiano Samuel A. Cartwight aporta al ideario esclavista de los Estados Confederados de Norteamérica sus dictámenes psiquiátricos. En 1851 publica un artículo describiendo la drapetomanía: un desorden mental de los negros que quieren escapar de la servidumbre y los latigazos, y la diestesia etiópica: demencia que causa pereza entre los esclavos y poco interés por la productividad.
La Segunda Guerra del Opio empieza en 1856 por negarse el gobierno chino a cumplir los tratados firmados con acciones de guerra y crueles torturas contra prisioneros occidentales. Los ejércitos occidentales llegan hasta Pekín en 1860. El Reino Unido, Francia y Rusia obligan a China a firmar un tratado que legaliza el comercio de opio y abre sus puertos a los intereses coloniales.
La Guerra de Secesión Estadounidense se desarrolla durante los años 1861 y 1865. Entre los soldados de los dos ejércitos se distribuyen dosis de morfina que producen casi medio millón de soldados adictos a ella e inútiles para la guerra.
La eugenesia estudia la alteración genética de poblaciones humanas de bajo nivel social mediante la esterilización masiva y la cría selectiva. En 1880 es promovida por el inglés Francis Galton, primo de Charles Darwin, financiada y practicada por varias corporaciones de magnates estadounidenses como la Fundación Rockefeller y el Instituto Carnegie, y apoyada por personalidades como los presidentes Winston Churchill y Theodore Roosvelt.
El farmacéutico John Pemberton, sobrino del general confederado John Clifford Pemberton, crea en 1886 una bebida de nueces de cola que, entre otros ingredientes, contiene cocaína, cafeína y dos alcaloides psicoestimulantes y adictivos. Los primeros refrescos de cocaína y cola, con el nombre Coca Cola, se empiezan a vender en una farmacia como bebida energética y favorecedora de la digestión. Este refresco es hoy mundialmente publicitado, conocido y bebido. Su fórmula se guarda en secreto.
En la Guerra de Cuba, disputada entre 1895 y 1898, a cada soldado español le daban antes de cada batalla un «corajillo», bebida que infundía pequeño coraje antes de matar o morir en el combate y que estaba compuesta por una buena dosis de café y de ron; hoy se nombra carajillo, se sirve en vaso pequeño y el café se mezcla con diversas bebidas alcohólicas.
Harry H. Laughlin, director del Instituto Carnegie en 1910, tiene al mismo tiempo una estrecha relación con el Ku Klux Klan y sus violentas actividades. Los médicos eugenésicos de esta institución crean la expresión Vida Indigna de Ser Vivida para englobar a las personas molestas que dificultan el desarrollo económico capitalista, y la psiquiatría comienza a establecer tipologías de individuos con supuestas enfermedades mentales. En Estados Unidos, Europa y Australia se producen esterilizaciones y asesinatos masivos de personas discapacitadas para una pretendida Higiene Racial.
El neurólogo y psiquiatra austriaco Sigmund Freud, experto en propaganda y persuasión, funda el psicoanálisis alrededor del año 1896, tras promover el uso de la cocaína como estimulante y analgésico, consumirla personalmente y escribir varios trabajos sobre el tema, como el libro Über Coca (Sobre la Coca) del año 1884. Su teoría psicoanalítica se basa en procesos psíquicos relacionados con la sexualidad y está llena de conceptos e hipótesis inconsistentes. El psiquiatra Carl Gustav Jung, colaborador de Freud, se separa de él en 1913 y estudia la psicología profunda desarrollada a lo largo de los siglos por exquisitas civilizaciones.
A partir de experimentos como los del fisiólogo soviético Iván Pavlov, el californiano John Watson inaugura la Escuela Psicológica Conductista en 1913, con análisis de la conducta ante estímulos exteriores y técnicas para su modificación. Su metodología sigue los dictados de la psiquiatría y prescinde de las facultades superiores de la mente humana. La psicología científica actual se basa en ella.
En la Primera Guerra Mundial, realizada entre 1914 y 1918, se hacen los primeros tratamientos psiquiátricos con soldados alemanes que desertan del frente horrorizados. Los hombres traumatizados son conectados a una corriente eléctrica que los médicos aumentan hasta que no pueden soportar el dolor y, en el proceso, los sugestionan con hipnosis. Con el experimento logran que muchos vuelvan al frente, los soldados convalecientes prefieren los riesgos de las batallas al martirio psiquiátrico.
La eugenesia psiquiátrica se desarrolla especialmente dentro de la medicina nazi: política extremista comenzada en 1919 por el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Los médicos y psiquiatras alemanes participan en programas de promoción de una raza aria privilegiada y el exterminio sistemático en campos de concentración de millones de personas diferentes o contrarias al nazismo, muchas de ellas calificadas como judíos al margen de la religión que profesan. En Alemania las farmacias venden sin receta potentes y adictivas metanfetaminas como Pervitin o Eukodal y muchos civiles las consumen sin control alguno.
Nace la Clínica Tavistock el año 1920 en Londres. Herbrand Arthur Russell, 14º duque de Bedford y marqués de Tavistock, cede un edificio en el centro londinense, llamado la City (milla cuadrada que es sede del control financiero, político y social del mundo), a un grupo de médicos y psiquiatras para sus estudios. Esta institución depende del departamento de guerra psicológica del ejército británico. Centra sus investigaciones en el efecto traumático de los bombardeos sobre soldados y civiles en la Primera Guerra Mundial, para comprobar dónde se rompe la resistencia psicológica de las personas y encontrar el punto en el que quedan incapacitadas para oponerse a su control.
Edward Bernays, psicólogo, publicista, asesor de presidentes estadounidenses y sobrino de Sigmund Freud, consigue con sus campañas publicitarias que las mujeres empiecen a fumar cigarrillos en la década de 1920. En 1928 publican su libro Propaganda, poco antes de la Gran Depresión económica que asola Estados Unidos y devasta casi todas las naciones. Sus primeras letras advierten: «Casi todos los actos de nuestra vida cotidiana, ya sea en la esfera de la política o los negocios, en nuestra conducta social o nuestro pensamiento ético, son dominados por un número relativamente pequeño de personas que comprende los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes mueven los hilos que controlan el pensamiento público, dominan las viejas fuerzas sociales y descubren nuevas maneras de embridar y guiar el mundo».
En 1931, Carl Gustav Jung da una conferencia en Viena con el título Problema Fundamental de la Psicología Contemporánea, estas son algunas de sus palabras: «Mientras que la Edad Media, la Antigüedad e incluso la humanidad entera desde sus primeros balbuceos vivieron en la convicción de un Alma sustancial, en la segunda mitad del siglo XIX se asiste al nacimiento de una Psicología sin Alma. Bajo la influencia del materialismo científico, todo lo que no puede verse con los ojos ni aprehenderse con las manos se pone en duda, es hasta sospechoso de metafísico y se vuelve comprometedor. Desde ese momento solo es científico y, por consiguiente, admisible, lo que es manifiestamente material o puede ser deducido de causas accesibles para los sentidos… Las representaciones espirituales generales son un elemento constitutivo indispensable de la vida psíquica; se hallan en todos los pueblos que gozan de una conciencia ya algo liberada. Por eso, su ausencia parcial o incluso su negación incidental en los pueblos civilizados debe considerarse como un signo de decadencia...».
Gracias a la propaganda, la bebida Coca-Cola, establecida en suelo alemán a principios de los años treinta, se convierte en una de las bebidas más consumidas durante el régimen nazi de Adolf Hitler entre 1933 y 1939, despachándose cuatro millones y medio de cajas anuales y patrocinando las Olimpiadas de Berlín en 1936. Hermann W. Goering, comandante de la fuerza aérea nazi, favorece la expansión de la compañía en Alemania, con más de cuarenta fábricas de la bebida por estas fechas.
La Guerra Civil Española da comienzo en 1936, los combatientes consumen grandes cantidades de metanfetaminas que llegan de Alemania y las mezclan con estupefacientes como la marihuana.
Tras invadir Austria el ejército nazi en 1938, Sigmund Freud es considerado enemigo del Tercer Reich por ser de origen judío y fundador de la escuela psicoanalítica, queman sus libros públicamente y tanto él como su familia sufren un intenso acoso. Aunque los dejan en libertad después, su hijo Martin y su hija Ana son detenidos e interrogados por la Gestapo. Cuatro de sus hermanas se quedan en Viena y son apresadas, muriendo después en campos de concentración. Gracias a la intervención de Marie Bonaparte (descendiente de Napoleón) y Ernest Jones, psicoanalistas de alto estatus social, Sigmund Freud logra salir de Austria y refugiarse en la City de Londres, cerca de la Clínica Tavistock. Antes de salir de Alemania, le obligan a firmar una declaración que asegura haberlo tratado bien por el régimen nazi. Freud acepta firmarla, añadiendo este comentario irónico: «Recomiendo la Gestapo a cualquiera con entusiasmo». Freud, gran consumidor de cocaína y de puros, muere de un cáncer de paladar en la City de Londres el año 1939, quedando su figura como profeta del psicoanálisis social.
El año 1938, el químico suizo Albert Hofmann elabora para los laboratorios Sandoz de Basilea la dietilamina de ácido lisérgico, llamada LSD o ácido. Cinco años después se la administra él mismo para comprobar sus efectos.
El británico John Rawling Rees, general de brigada, psiquiatra, cofundador de la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH) y director de la Clínica Tavistock, declara en 1940 durante el Consejo Nacional de Higiene Mental: «Debemos hacer que la psiquiatría penetre en toda actividad educativa y en la vida nacional. Nuestra esfera de influencia debe incluir la vida pública, la política y la industria».
En diciembre de 1941, y no antes, pues la guerra había empezado en 1939, el Tercer Reich sufre un gran bloqueo aliado y los estadounidenses dejan de enviar a Alemania el sirope o jarabe secreto para fabricar Coca-Cola. Max Keith, jefe de Coca-Cola Deutschland, crea otro refresco de naranja llamado Fanta (nombre derivado de Fantasie), bebida muy barata que fabrican con ingredientes residuales como orujo de manzana y suero de leche, añadiéndole ácido benzoico, colorantes y otros aditivos tóxicos o perjudiciales para la salud. El éxito de Fanta durante el nazismo es grande, pero acaba con la llegada de los aliados. La compañía Coca-Cola recupera el control de la planta alemana y añade el de la bebida Fanta.
La Segunda Guerra Mundial acaba el año 1945. Los ejércitos de los dos bandos se han empleado como campos de pruebas psiquiátricas, con presupuesto ilimitado y suministro interminable de personas en cuarteles y en campos de prisioneros y de exterminio. Por una parte, les daban metanfetaminas que cortan el miedo y disparan la agresividad, los kamikazes japoneses iban llenos de ellas antes de suicidarse, y los botiquines de la tropa estaban llenos de jeringuillas con morfina para inyectar a heridos graves y moribundos. Y por otra, les obligaban a ingerir drogas psicoactivas que los anulaban, recibían electrochoques, les daban venenos, los utilizaban para experimentos genéticos, trasplantes, congelaciones, infecciones, virus, bombas, balística, etc.
Grandes estudios sobre control mental son realizados por el médico nazi Joseph Mengele en los campos de concentración alemanes. A Menguele lo llaman el Ángel de la Muerte por sus experimentos con prisioneros, especialmente gemelos, los documentos sobre su obra son confiscados por los aliados y aun siguen clasificados hoy. Mengele y otros cinco mil nazis de alto rango son trasladados en secreto a EE UU y Sudamérica, justo al acabar la Segunda Guerra Mundial, en una operación llamada Paperclip y comenzada en septiembre de 1945.
El año 1947 y bajo aparente beneficencia social, la Clínica Tavistock se convierte en Instituto Tavistock de Relaciones Humanas gracias a la inversión privada de la Fundación Rockefeller. A Tavistock le siguen multitud de centros para el control mental de masas en todo el mundo, como la Clínica Psicológica de Harvard. Ésta, bajo la dirección del psicólogo alemán Kurt Lewin, es responsable de la campaña de progapanda que cambió la opinión del pueblo estadounidense contra Alemania y lo involucró en la Segunda Guerra Mundial.
El psiquiatra jefe del ejército de los Estados Unidos William Menninger y sus oficiales empiezan a redactar en 1948 un manual que cataloga todos los problemas mentales de los soldados. La apariencia médica y legítima de este catálogo utiliza a cada militar según los intereses del gobierno.
El psicólogo experimental Burrhus Frederic Skinner crea también en 1948 un instrumento de laboratorio, conocido como Caja de Skinner, con el fin de analizar el comportamiento de algunos animales a través del condicionamiento operante: un tipo de adiestramiento asociativo vinculado con el desarrollo de nuevas conductas en función de sus consecuencias. Skinner usa también para sus experimentos psicológicos a su segunda hija Deborah de pocos meses, y durante casi un año. El condicionamiento operante se utiliza desde entonces para el estímulo-respuesta de las emociones-actuaciones de los seres humanos.
El Apartheid se inicia ese mismo año en Sudáfrica, siguiendo la teoría eugenésica y las prácticas de los nazis alemanes, con un sistema jurídico, social y económico que hunde en la miseria a los aborígenes africanos. El arquitecto de este sistema segregacionista es el psicólogo y sociólogo neerlandés Hendrik Verwoerd.
Antonio Egas Moniz, portugués, neurólogo, psiquiatra y primer presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía, recibe en 1949 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por el valor terapéutico de la lobotomía cerebral en algunas psicosis, aunque las cirugías practicadas por Egas provocan trastornos irreversibles en la personalidad de las personas que sobreviven.
Aprovechando la fama de Egas Moniz, el estadounidense Walter J. Freeman, miembro de la Asociación Americana de Psiquiatría, recorre Estados Unidos durante los años cincuenta en una vieja furgoneta haciendo lobotomías. Su cirugía consiste en meter un picahielo por el ojo, bajo el hueso orbital, hasta el lóbulo frontal del cerebro. Pese a la escabechina, las lobotomías se ponen de moda y se realizan miles de operaciones más en Europa y América, quedando muchas de las víctimas en estado vegetativo.
La Asociación Americana de Psiquiatría publica en 1952 el primer Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales, biblia psiquiátrica que rige hoy la salud mental del mundo occidental y nombra a Benjamin Rush, médico y político estadounidense del siglo XVIII, como Padre de la Psiquiatría. Desde entonces las enfermedades mentales las deciden mediante votaciones los miembros de esta influyente asociación.
El médico Joseph Mengele y cinco mil científicos nazis trasladados a EE.UU siguen trabajando en instalaciones subterráneas americanas, experimentando con niños secuestrados en las calles para perfeccionar sus técnicas de control mental. Estas investigaciones llevan a la creación del proyecto MK-Ultra el año 1953, programa secreto para el control mental de la población, diseñado y organizado por la CIA (Agencia Central de Inteligencia estadounidense). Psiquiatras y psicólogos del experimento usan a ciudadanos estadounidenses y canadienses contra su voluntad. Emplean diversos métodos para alterar su estado mental y sus funciones cerebrales: administrar drogas como LSD y otros productos químicos, hipnosis, privación sensorial, aislamiento, rebuscadas formas de tortura, y abusos verbales y sexuales. MK-Ultra se inicia por orden de Allen Welsh Dulles, primer director civil de la CIA, y su primer jefe es Sidney Gottlieb, cuyo nombre real es Joseph Scheider, jefe de la División de Servicios Técnicos de la CIA, más conocida como «La Casa de los Horrores».
En 1954 los hospitales psiquiátricos sustituyen a los gulags o campos de reclusión que funcionaban en la U.R.S.S desde 1930. Su misión es incomunicar a los prisioneros para silenciarlos, incapacitarlos y experimentar con ellos. Los psiquiatras diagnostican cualquier disidencia como desequilibrio mental y con los presos emplean trabajos forzados, desnutrición, falta de aseo, incomunicación, palizas, punciones lumbares, descargas eléctricas, lobotomías, radiaciones, inyecciones de hormonas y drogas psicotrópicas.
En 1955, los directivos de Coca-Cola relanzan al mercado la bebida anaranjada Fanta falsificando sus verdaderos orígenes y compitiendo (solo en teoría y en apariencia, pues son propiedad de los mismos dueños) con la nueva bebida de cola estrenada por Pepsi.
La guerra de Vietnam empieza el año 1955 y el ejército proporciona opio, marihuana, heroína, anfetaminas y LSD a los jóvenes soldados. Alterándolos para realizar una gran cantidad de violaciones, matanzas indiscriminadas entre la población civil y asesinatos de sus propios compañeros. La jerga militar resuelve el problema desde entonces denominándolo «daño colateral» o «fuego amigo». Los que regresan a casa padecen las consecuencias con episodios de inadaptación social, violencia y drogadicción.
Al mismo tiempo, la inteligencia militar estadounidense y otros servicios secretos europeos crean grupos hippies en las principales ciudades de Estados Unidos y Europa. Atraen millones de adeptos con el credo pacifista, comunas marginales, sexo libre, rock&roll, ropas amplias y multicolores, principios espirituales de Oriente y drogas. Su gran difusión se produce por la distribución gratuita y legal de LSD, droga que provoca enormes cambios en la mente con pequeñas dosis. Estudios médicos de la época la califican como droga curativa, aunque en realidad genera desajustes emocionales, adicción, suicidios y actos violentos.
Por esas fechas el sanatorio para tuberculosos del Santo Ángel de la Guarda o de la Barranca, situado entre los bosques de Navacerrada (Madrid) y construido el año 1941, es reconvertido en centro psiquiátrico del Ejército del Aire para experimentar con los soldados y estudiar sus procesos. Funcionó hasta 1995.
El psiquiatra húngaro-estadounidense Thomas Istvan Szasz publica en 1970 el libro titulado La Fabricación de la Locura, cuya primera página expresa: «La psiquiatría es un fenómeno de segregación social, un invento de los psiquiatras: modernos cazadores de brujas, un instrumento sibilino de dominación por parte del Establishment o del Estado Totalitario. El psiquiatra sustituye al verdugo, el loco al hereje, el sanatorio mental al campo de concentración. Cambian los métodos pero permanece latente la violencia, con una represión creciente que deteriora desde sus cimientos la infraestructura social, aislando y enemistando a los seres humanos».
Tras la Comisión Rockefeller en el año 1975, se hace público el experimento MK-Ultra y la CIA lo abandona oficialmente, aunque continua con otros experimentos mentales como el Proyecto Monarca. En él se hace uso de traumas para el control mental de los seres humanos, llamados esclavos. Los esclavos Monarca, utilizados por ciertas organizaciones de alto nivel, son entrenados para asesinatos de alto perfil, para la prostitución, la pornografía y como artistas. Todos ellos controlados y adiestrados para que no cuestionen las órdenes dadas, ni olviden sus actos y, si son descubiertos, hasta puedan suicidarse sin dudarlo ni ser conscientes de ello. Según el periodista e investigador Fritz Springmeier, este control mental se utiliza por ciertos grupos que se conocen entre sí como La Red.
Como apunte final de este resumen, añadiremos que los ejércitos griegos y romanos se embriagaban con vino antes de entrar en batalla y usaban el opio para anestesiar el dolor de las heridas. Los vikingos tomaban beleño negro o «hierba loca», hojas y frutos de belladona, el hongo amanita muscaria y otras setas alucinógenas. En las guerras de Flandes de los siglos XVI y XVII, los soldados de los Tercios españoles bebían cada día el cuartillo: un litro de vino para mantenerse en pie de guerra, y sus enemigos holandeses, una proporción parecida de ginebra.
En las dos guerras mundiales disputadas en la primera mitad del siglo XX, los soldados enfrentados tomaban también whisky, brandy, cerveza, vino, ron y vodka. En sus guerras por todo el mundo durante la segunda mitad del siglo XX, los soldados estadounidenses han tomado Dexedrine, una metanfetamina de nueva generación que multiplica los episodios de Vietnam, junto a esteroides y anabolizantes que hipertrofian la musculatura y atrofian la sensatez.
Las bebidas alcohólicas se han utilizando siempre junto a otras drogas para embrutecer a los combatientes de los ejércitos. Drogas ilegales como la cocaína, la heroína, la marihuana, el Éxtasis y otras anfetaminas, y legales como las bebidas alcohólicas, la cafeína, el tabaco y modernos refrescos energéticos con fórmula imprecisa, tienen el mismo fin con los habitantes de la sociedad moderna.
Para saber más sobre el tema:
Textos de Nag Hammadi, Fuerzas Oscuras y Locura Humana
Para contactos profesionales o editoriales, enviar email.
No hay comentarios:
Publicar un comentario