El médico Joseph Mengele y cinco mil científicos nazis más fueron trasladados a EE.UU y siguieron trabajando en instalaciones subterráneas americanas, experimentando con niños secuestrados en las calles para perfeccionar sus técnicas de control mental. Estas investigaciones llevaron a la creación del proyecto MK-Ultra el año 1953, programa secreto para el control mental de la población, diseñado y organizado por la CIA (Agencia Central de Inteligencia estadounidense). Psiquiatras y psicólogos del experimento usaron a ciudadanos estadounidenses y canadienses contra su voluntad. Emplearon diversos métodos para alterar su estado mental y sus funciones cerebrales: administrar drogas como LSD y otros productos químicos, hipnosis, privación sensorial, aislamiento, rebuscadas formas de tortura, y abusos verbales y sexuales. MK-Ultra se inició por orden de Allen Welsh Dulles, primer director civil de la CIA, y su primer jefe es Sidney Gottlieb, cuyo nombre real era Joseph Scheider, jefe de la División de Servicios Técnicos de la CIA, más conocida como «La Casa de los Horrores».
Tras la Comisión Rockefeller del año 1975, se hizo público el experimento MK-Ultra y la CIA lo abandonó oficialmente, aunque continuó con otros experimentos mentales como el Proyecto Monarca. En él se hacía uso de traumas para el control mental de los seres humanos, llamados esclavos. Los esclavos Monarca, utilizados por ciertas organizaciones de alto nivel, eran entrenados para asesinatos de alto perfil, para la prostitución, la pornografía y también como artistas. Todos ellos controlados y adiestrados para que no cuestionaran las órdenes dadas, ni olvidaran sus actos y, si son descubiertos, hasta puedieran suicidarse sin dudarlo ni ser conscientes de ello. Según el periodista e investigador Fritz Springmeier, este control mental se utiliza por ciertos grupos que se conocen entre sí como La Red...