viernes, 22 de julio de 2011

¡Sun Tzu, escucha, la guerra no es un arte!

La guerra no es ningún arte, sino todo lo contrario,
es degradación humana y todas las cosas dolientes.
 
El Arte de la Guerra es un libro que ha llegado hasta nosotros con un título extraño y contradictorio. Su autor, según los datos recogidos, fue un chino que vivió durante el siglo V antes de Cristo llamado Sun Tzu (Maestro Sun), general y filósofo de la época. Durante más de mil quinientos años fue la obra principal de una antología de textos del emperador Song Shenzong (1048-1085). Posteriormente fue estudiada y practicada por militares de alta graduación de China, Japón, Mongolia, Tartaria y otros muchos países orientales y occidentales. La primera referencia de Sun Tzu llegó a Occidente a través de una traducción al francés escrita por Joseph Marie Amiot, jesuita francés destinado en China, y publicada en París el año 1772 con el título El Arte Militar de los Chinos. Su éxito hizo que se reeditara en 1782 y, según algunos estudiosos, que Napoleón Bonaparte lo leyera con interés antes de ordenar las calamidades que pensó como estratega. Dada la glorificación de lo militar y su diosa guerra por parte del poder imperante, hasta nosotros ha llegado este texto con el dualista e incoherente título de El Arte de la Guerra. Pese a sus bélicos objetivos, este libro fue el primero en el mundo humano que trató de establecer un fundamento racional en el modo de combatir. Sus astucias y estrategias son practicadas hoy por el mundo militar, político y empresarial. Aquí puedes encontrar la sabiduría de sus letras...

jueves, 7 de julio de 2011

Primera expulsión de los jesuitas

La primera expulsión de jesuitas en Europa se dio en el reino de Portugal. El ministro Carvalho, marqués de Pombal, conde de Oeiras y primer ministro del rey José I el Reformador, ordenó la prisión de ciento ochenta jesuitas en Lisboa y expulsó al resto de los curas de la Compañía en 1759. De esta manera pretendía robustecer la autoridad del rey José I de Portugal y dar una clara señal al papa de no tolerar intromisiones pontificias en los asuntos del estado portugués...