
En el oeste de Tailandia existe un monasterio especial. Su abad y los monjes budistas que en él se albergan conviven con animales. Un grupo de esos animales son tigres. En 1986, el médico de este abad le dijo que tenía leucemia y ahora se dedica a controlar y dirigir a una manada de tigres sin recurrir a la fuerza ni a la manipulación conductista. A partir de su dedicación budista, la leucemia del abad desapareció y recuperó la vida y una conciencia con capacidades que le permiten, a él y al resto de monjes del monasterio, llevar una vida en perfecta armonía con estos animales en medio de un bosque, no muy lejos de Bangkok...