Durante ocho años consolidó los cimientos de una
nueva Cartago a partir de las riquezas de los territorios conquistados.
Estableció tratados con los pueblos nativos, sacó provecho de los ricos yacimientos
mineros y naturales, mejoró las tropas cartaginesas con los aguerridos soldados
de la península y de las Íslas Baleares, y dirigió, en compañía de su yerno
Asdrúbal el Bello, numerosas batallas con los nativos celtíberos, siendo cruel
con los jefes pero benigno con los guerreros capturados para incorporarlos a su
ejército.
Amílcar Barca murió el año 228 a.C. durante el asedio de una ciudad
llamada Heliké, cuya ubicación no se sabe con certeza, cuando el jefe íbero-oretano
Orissón acudió con sus tropas en
ayuda de los sitiados y vencieron a los cartagineses. El Consejo de los Cien
concedió entonces el mando del ejército cartaginés en Iberia a Asdrúbal el
Bello. Asdrubal fundó la ciudad de Qart Hadasht (Ciudad Nueva) en 227 a.C., luego llamada Cartago Nova por los
romanos, asegurando con su establecimiento el control de tierras, yacimientos y
costas del sureste peninsular.
Ante el avance de Cartago por Iberia, Roma hizo uso de su
diplomacia sin tardanza y el año 226 a.C. las dos repúblicas firmaron un
acuerdo conocido como Tratado del Ebro. Según sus cláusulas, este gran río se
establecía como frontera entre sus estados, no pudiendo Roma ocupar tierras al
sur de sus aguas ni Cartago al norte de las mismas.
Silio Itálico, orador, poeta y cónsul
romano durante el año 68 d.C, cita en su largo poema épico titulado Punica: Se
entregaron las riendas del poder a Asdrúbal, quien por entonces esquilmaba con
furor desproporcionado las riquezas de los pueblos de Occidente, la nación íbera
y los que habitan junto al río Betis. Corazón terrible no exento de una
irremediable cólera el de un jefe que disfrutaba mostrando crueldad en su
poder. Con su insaciable sed de sangre, creía disparatadamente que ser temido
era síntoma de distinción; sólo podía mitigar su locura sanguinaria con
castigos nunca vistos. Sin ningún respeto por lo humano o lo divino, mandó
crucificar en lo alto de una cruz de madera a Tagus, hombre de arraigada nobleza, aspecto distinguido y probado
valor, y, triunfante, exhibió luego ante su pueblo afligido a este rey privado
de sepultura… Cuando
uno de sus esclavos lo vio colgado de su funesto madero y desfigurado por la
muerte, a escondidas blandió la espada preferida de su amo, irrumpió
rápidamente en palacio e hirió por dos veces el pecho cruel de Asdrúbal. Los cartagineses
montaron en cólera, acentuada entonces por tal pérdida y, como pueblo proclive
a la crueldad, lo apresaron y lo sometieron a todo tipo de torturas. No hubo
límite para el fuego y el hierro candente, los azotes desgarraban aquí y allá
su cuerpo, mutilado con infinitos golpes… Un espectáculo atroz de ver e incluso
de contar. Sus tendones cruelmente estirados, se tensaban todo lo que el
tormento permitía; cuando perdió toda su sangre, sus huesos calcinados humeaban
todavía junto a los miembros consumidos. Pero su ánimo permanecía intacto, aguantaba
el dolor, lo despreciaba y, como si fuese simple espectador, reprochaba a los
torturadores su agotamiento y con grandes gritos reclamaba también para sí el
suplicio de la cruz.
Estos
hechos sucedieron el año 221 a.C. y Aníbal Barca, cuñado
de Asdrubal el Bello e hijo de Amílcar, de veinticinco años, tomaría el mando
del ejército cartaginés. Con Aníbal combatirían también sus hermanos Asdrubal Barca y Magón Barca, los tres fueron instruidos por preceptores griegos en
la lengua griega, las hazañas bélicas de Alejandro Magno y sus tácticas de
guerra. El historiador romano Tito Livio cuenta que Amílcar Barca inculcó a su
hijo Aníbal el odio hacia Roma, sin embargo, los hechos muestran que en
realidad fue adiestrado para recuperar el poder político, comercial y marítimo
perdido en la primera guerra contra Roma.
Para ello, Aníbal se casó el año 220 a.C. con Himilce, princesa e hija del
rey ibero-oretano Mucro de Cástulo (capital de la Oretania), para crear la
alianza entre Cástulo y Cartago; y pasó los dos años siguientes conquistando
los territorios situados al sur del río Ebro. Ante el creciente poder
cartaginés en Iberia, Roma estableció el año
219 a.C.
una alianza con Sagunto, poblado situado a más de cien kilómetros al sur del
Ebro, y movilizó más de doscientos quinquerremes para combatir a Cartago... (sigue)
Dos excelentes documentales sobre Cartago y su desaparición:
Cartago: el holocausto romano 1
Cartago: el holocausto romano 2
Dos excelentes documentales sobre Cartago y su desaparición:
Cartago: el holocausto romano 1
Cartago: el holocausto romano 2
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