domingo, 23 de mayo de 2004

La rebelión de los exiliados judeocristianos y su intento de reconquista

Barrida Judea de judeocristianos díscolos, toda la Legión X Fretensis se estableció entre las ruinas de Jerusalén para mantener la región sin alborotos bajo gobierno del general Lucio Flavio Silva, cargo que desempeñó entre los años 73 y 81. Herodes Agripa II y su hermana Berenice regresaron a Roma el año 75. El emperador Vespasiano concedió a Herodes Agripa II el cargo de pretor: magistrado cuya jerarquía estaba después de la de cónsul, el magistrado romano de más alto grado...

Berenice retomó su relación amorosa con Tito, vivió con él en palacio y actuó como su esposa. Pero el pueblo romano veía a Berenice como una ramera aprovechada y fue puesta en evidencia públicamente por los cínicos: personas que despreciaban las riquezas y componían obras satíricas contra los corruptos. Esta difusión obligó a Tito a separarse de ella y alejarla de Roma.

Vespasiano murió de una infección el año 79, su hijo Tito ascendió al trono imperial y Berenice volvió a Roma para seguir su relación con él. Pero la echó de nuevo porque Tito quiso tomar medidas para mejorar su relación con el pueblo romano. A partir de aquí no se sabe qué fue de Berenice. Tito murió el año 81, el historiador y senador Dion Casio dice que de una enfermedad, y el sofista griego Lucio Flavio Filóstrato asegura que lo envenenó su hermano Tito Flavio Domiciano.

Domiciano era culto y educado, gobernó Roma quince años con un despotismo benevolente que no gustó al Senado, iniciando una serie de ambiciosos proyectos militares, culturales y económicos para restablecer la gloria imperial que vivió el primer emperador César Augusto. Lo asesinaron tras una conspiración palaciega y pretoriana el año 96. Lo sustituyó Marco Coceyo Nerva, distinguido senador de sesenta y cinco años, nombrado por el propio Senado por ser viejo y no tener descendencia. Nerva murio en enero de 98 a causa de unas fiebres. Durante estos dos mandatos imperiales, los judíos vivieron una relativa tranquilidad que acabaría con Marco Ulpio Trajano, emperador hispanorromano nacido en Itálica (Sevilla).

Trajano y Adriano, emperadores nacidos en Itálica (Sevilla)
El año 113, Trajano prohibió a los judíos seguir algunas de sus prácticas religiosas, cosa que irritó a sus comunidades de Oriente Medio. Con el fin de conquistar Partia (región situada al noroeste de Irán) y llegar a la India como Alejandro Magno, Trajano trasladó las legiones del Imperio para esta guerra y dejó desguarnecidas varias regiones, entre ellas las del norte de África. Los ataques romanos contra los partos comenzaron el año 115, logrando conquistar Mesopotamia, donde había grandes comunidades y escuelas judías, como las de Susa y Babilonia, donde vivían con libertad desde varios siglos atrás.

Teniendo en cuenta el exterminio perpetrado en Judea años atrás y lo que podían esperar de Trajano, los judíos de estas comunidades apoyaron a los partos y combatieron como zelotes al ejército romano, cometiendo atrocidades con sus odiados enemigos para vengar a los suyos. Los griegos de la provincia romana de Cirenaica (noroeste de Libia) y de la isla de Chipre atacaron los barrios judíos por sus desavenencias y el apoyo que éstos daban a los partos. Tras los ataques, las comunidades judías de estas zonas se organizaron para contraatacar.

Los judíos de Cirene, capital de Cirenaica, arremetieron contra los barrios grecorromanos de la ciudad, matando a todos sus habitantes y destruyendo después muchos templos dedicados a sus dioses paganos, así como edificios oficiales del poder romano. Marcharon luego hacia Alejandría, abandonada de momento por los romanos, incendiaron los barrios griegos y destruyeron también sus templos.

El historiador Dión Casio dice en su Historia Romana: En aquel tiempo, los judíos que vivían en Cirenaica, teniendo como capitán a Andreas, mataron a todos los griegos y romanos. Se comieron su carne y entrañas, se bañaron en su sangre y se vistieron con sus pieles. Mataron a muchos de ellos con extrema crueldad, despedazándolos cabeza abajo por la mitad de sus cuerpos. Arrojaron a las fieras a unos y a otros los forzaron a luchar entre ellos. En tal medida que llevaron a la muerte a doscientos veinte mil. Estas batallas dejaron Cirenaica totalmente despoblada.

Trajano envió parte de sus tropas al mando de Quinto Marcio Turbo, jefe de su guardia pretoriana, para poner orden en Cirenaica y Egipto. Muchos de los judíos huyeron y sus propiedades fueron expropiadas. En Chipre, los judíos mataron a griegos y romanos apoderándose de la isla. Trajano envió allí a la Legión VII Claudia al mando de Lucio Quieto o Kitos, general romano y príncipe de origen bereber, sus soldados la reconquistaron y ejecutaron a todos los rebeldes judíos. A partir de entonces, se prohibió a los judiós habitar la isla en el futuro bajo pena de muerte.

La siguiente revuelta se produjo en la Mesopotamia recién conquistada por los romanos el año 117. El general Lucio Quieto y la Legión VII Claudia, en la que se encontraba su caballería bereber, cometieron con la población judía de la zona una matanza atroz e inmisericorde, precedida de violaciones y torturas. Como premio por su labor, Trajano nombró al bereber Lusio Quieto gobernador de Judea.

Trajano murió en agosto de ese año por un edema padecido en estas guerras por Oriente Próximo. Lo sustituyó Publio Aelio Adriano, hispano también y sobrino segundo suyo por línea materna. El año 118, pocos meses después de que Adriano fuera proclamado emperador, la rebelión se trasladó a Judea. Los soldados del gobernador Lucio Quieto apresaron a dos hermanos llamados Julián y Papo, cabecillas de los insurgentes, y los sentenció a muerte.

Para sorpresa de todos, Adriano ordenó ejecutar de inmediato a Lucio Quieto por sospechar con razón que codiciaba el trono imperial. Los hermanos judíos se salvaron de la ejecución y Adriano permitió a los judíos volver a Jerusalén y reconstruir la ciudad y el Templo, dando un breve tiempo de paz a la región, mientras comenzaba también la construcción del Muro que lleva su nombre en Gran Bretaña para contener a los feroces pictos de Escocia.

La estratagema de Adriano se vio con claridad cuando viajó a Judea el año 130 y dispuso construir un nuevo templo judío fuera del espacio original y empezó a deportar judíos al norte de África. Luego planeó con sus ingenieros el cambio completo de Judea con su desjudeización, su repoblación con legionarios romanos veteranos y la construcción de edificios, calles, monumentos y estatuas a la manera romana. Donde estaba antes el Templo de Jerusalén proyectó construir un templo romano al dios Júpiter.

El año 131 comenzaron las obras de la nueva Jerusalén pagana, a la que se llamó Aelia Capitolina en honor de Aelio Adriano y del gran dios Júpiter, cuyo templo en Roma estaba en la Colina Capitolina (entre el Foro y el Campo de Marte). Judea pasó a denominarse Syria Palaestina (Siria Luchadora) y se prohibió al pueblo llano judío el estudio de la Torah, utilizar su calendario, celebrar el sabbat (día de reposo o descanso semanal) pasar en Jerusalén más de un día al año y practicar el importante rito de la circuncisión de los niños varones.

Así pues, el año 132 muchos de ellos volvieron a rebelarse con violencia contra el despotismo de Roma, esta vez bajo el mando del zelote Simon ben Kojba o Kosba y el apoyo de Aqibá ben Josef o Akiva ben Iosef, prestigioso rabino que ensalzó a Simon ben Kojba como nuevo mesías y restaurador del reino de Israel, apodándolo Bar Kokeba (Hijo de la Estrella). Con un ejército bien organizado, formado por numerosos judíos zelotes de Oriente Próximo, y una estrategia cuidadosamente planeada, la rebelión se extendió con rapidez por toda Judea… (sigue)

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