lunes, 29 de noviembre de 2004

Abono y Siembra para el Islam

Para comprender mejor el Islam y lo que sucedió realmente a partir del año 711 en Hispania, es necesario que retrocedamos tres siglos, hasta la incursión de los suevos, vándalos y alanos, seres humanos casi tan sabios como belicosos. Estas tres tribus germanas entraron en la península saqueando y destruyendo todo a su paso. Al chocar sus intereses, no dudaron en combatir contra los romanos, sus hermanos visigodos o entre sí mismos...
 
Dentro del pueblo vándalo había dos grupos diferentes, unos eran silingos y otros asdingos. Los primeros fueron vencidos y aniquilados por los visigodos junto a los alanos en 418. Los vándalos asdingos ganaron la guerra que mantenían con las tropas romanas y en 426 ya dominaban la Bética y la Cartaginense.
 
Suevos, vándalos y alanos en Hispania a inicios del siglo V
 
Con Genserico, rey desde 428, los vándalos asdingos alcanzaron en Hispania su máximo poder. Al mando de unos ochenta mil soldados, Genserico invadió Córdoba, Sevilla y saqueó gran parte del sur peninsular. En 429 cruzó el estrecho de Gibraltar con su ejército, derrotó al ejército romano dirigido por el general Bonifacio y se estableció en el norte de África.

Al federarse con el Imperio Romano de occidente en 435, la soberanía de Genserico sobre lo que hoy es el norte de Marruecos y Argelia fue reconocida por el emperador Valentiniano III. Crecidos por el éxito, los vándalos asdingos conquistaron la ciudad de Cartago en 439 y Genserico la eligió capital de su reino. Sus naves controlaron el Mediterráneo occidental, realizando ataques en Córcega, Sicilia, Cerdeña y las islas Baleares.

A la muerte de Valentiniano III en 455, Genserico aprovechó para saltarse el pacto federalista, asaltar la desprotegida Roma, saquearla durante dos semanas y violar a sus sorprendidos habitantes. Aparte de llevarse los tesoros de la capital, las tropas de Genserico secuestraron y trataron como esclavos a la viuda de Valentiniano, a sus dos hijas y a otros ciudadanos romanos de alto rango. Continuando con su plan, asolaron luego Grecia, Dalmacia y amenazaron a la gran Constantinopla.

En 457, las tropas del emperador romano de occidente Mayoriano embarcaron en la Cartaginense, atacaron el reino norteafricano de los vándalos asdingos pero fueron derrotadas. En 468 lo volvieron a intentar las legiones de León I el Grande, emperador romano de occidente, y también fueron vencidas.

Su sustituto, el emperador Zenón, se vio obligado a reconocer el territorio conquistado por Genserico: el norte de África y las islas del Mediterráneo occidental, y a firmar un nuevo acuerdo de paz con él en 476. Genserico murió el año siguiente y le sucedió su hijo Hunerico, bajo su corona el reino africano de los vándalos asdingos empezó a menguar...

Cuando se proclamó emperador el año 527, Justiniano I empleó una política dedicada a restaurar el Imperio romano, cuya zona occidental había perdido el siglo anterior por disputas con los pueblos germanos. El cronista bizantino Procopio de Cesárea escribió en su libro Historia Secreta que Justiniano y su esposa Teodora eran realmente demonios con forma humana.

Entre guerras, intrigas y crímenes detallados por Procopio, este emperador romano y sus asesores completaron el Código de Justiniano, una gran codificación legal que aún sirve de base legislativa en bastantes países europeos, y la Basílica de Santa Sofía (la Sabiduría) en Constantinopla.

Este imponente monumento se construyó en poco tiempo, entre 532 y 537, tuvo su inspiración en el Libro de la Sabiduría del Antiguo Testamento judío y se alzó sobre dos anteriores construcciones, destruidas por disturbios entre el poder romano oriental y los primeros cristianos de la ciudad, de tendencias arrianas y gnósticas.

Aprovechando el declive de los vándalos asdingos, en 533 y por orden del emperador Justiniano I, el general bizantino Belisario fue enviado al norte de África con sus ejércitos. En un año recuperó para el Imperio Romano de Oriente el territorio africano de los vándalos y se llevó prisionero a su rey hacia Constantinopla. 

Belisario y sus legiones atacaron al año siguiente a los godos asentados en Italia, los conocidos luego como lombardos, pero éstos resistieron sus ataques más de veinte años. En una tercera campaña militar contra los visigodos, Belisario recuperó también el sureste de Hispania.

Antes de establecerse en la Berbería africana, los godos vándalos ya profesaban el arrianismo en sus vandálicas correrías por la Galia e Hispania. Como ya vimos, el emperador Teodosio I el Grande y la Iglesia romana condenaron el cristianismo de Arriano en 379. A través de Recaredo, los nobles visigodos renegaron de él por intereses políticos y se convirtieron al catolicismo en 587, realizando brutales persecuciones de herejes a continuación. Pero los vándalos asdingos siguieron abrazando este credo y en venganza trataron con severidad a los católicos del mundo mediterráneo, sembrando un gran temor a su paso por los reinos que profesaban esta doctrina trinitaria.

Entre los años 634 y 642 los ejércitos islamitas realizaron una primera expansión guerrera más allá de Arabia conquistando Egipto, Mesopotamia, Palestina y Siria. El califa Umar u Omar I y sus consejeros sistematizaron el calendario islámico en 639, su cronología de meses lunares tiene el 622 como primer año, fecha de la Hégira o Huída de Mahoma desde la Meca para huir de los detractores hacia Yatrib (la Medina de Arabia Saudí), donde se estableció la primera comunidad musulmana según la tradición. En el 640 produjeron el cuarto estrago con expolio de la Biblioteca de Alejandría. Sus tesoros de conocimiento fueron trasladados a Damasco, capital del mundo musulmán desde 661, y de allí a Bagdad años después para ser estudiados, recompuestos y ampliados. Y a partir de 670 asediaron Constantinopla durante años.

Pese a lo anterior, lápidas y otros restos arqueológicos del siglo VII, encontrados en la costa suroeste de España con inscripciones y hechura de los comienzos musulmanes, demuestran que el Islam llegó desde oriente y de forma pacífica, mezclado con formas de culto arrianas. Estos primeros grupos de personas inmigrantes, practicantes de una religión de nueva apariencia, vivieron protegidos por el Imperio Romano de Oriente, distanciados de los señoríos visigodos, y mantuvieron prósperas relaciones comerciales y culturales con otros pueblos bañados por el Mediterráneo.

Iniciado el siglo VIII, las vejaciones realizadas por los visigodos católicos contra arrianos, judíos y otros cismáticos durante más de un siglo se apaciguaron con el rey Witiza.... (sigue)

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