martes, 11 de noviembre de 2008

Quinta, sexta y séptima guerras político-religiosas en Francia

Tras el fallecimiento del rey franco Carlos IX el 30 de mayo de 1574, y como su hermano y heredero Enrique de Valois era rey en Polonia, el hermano pequeño Francisco de Valois pretendía ser coronado rey de Francia. Para tal fin conspiró con el príncipe de Navarra Enrique de Borbón Albret, pero su madre Catalina de Medici intervino y desbarató la conspiración, quedando Francisco recluido y vigilado. Entre tanto, Enrique de Valois-Medici dejaba Polonia con prisa para regresar a Francia, ocupar el trono dejado por su hermano Carlos  y comenzar la quinta fase de las Guerras de Religión en territorio dominado por los godos francos...

Enrique III de Francia fue coronado rey en la catedral de Reims el 13 de febrero de 1575 y dos días después se casó con la duquesa Luisa de Lorena Vaudémont con la intención de obtener ayuda para afianzar su poder en el trono franco. Los príncipes y primos hugonotes Enrique de Borbón Albret y Enrique de Borbón Condé huyeron de la corte franco-católica, donde permanecían vigilados desde la Matanza de San Bartolomé. Enrique de Borbón Albret se refugió en su Navarra y Enrique de Borbón-Condé se adentró en las posesiones de sus enemigos católicos al mando de un ejército suministrado por príncipes del Sacro Imperio Romano Germánico.

Enrique II de Francia

A este ataque se añadió la deserción o huída del pequeño Francisco de Valois, que empezó a hacer tratos con los cabecillas protestantes.

Todo ello llevaría al Tratado o Edicto de Beaulieu, firmado por el humillado rey Enrique III el 6 de mayo de 1576 para no perder el trono. Sus sesenta y tres puntos dieron libertad al culto hugonote en todo el reino excepto en la católica ciudad de París, así como mayores derechos políticos, económicos y feudales para los dirigentes protestantes y sus aliados. Enrique III culpó de esta derrota a su hermano pequeño Francisco y a su madre Catalina, este odio familiar provocaría su sentencia de muerte varios años depués y un giro político en el reinado de Francia.

Como ya vimos, por Europa existían en aquellos días pequeñas organizaciones o logias católicas que luchaban contra los protestantes, y viceversa. En noviembre de 1576 se creó la Santa Liga de París o Santa Liga católica para deshacer el ascenso político de los aristócratas hugonotes tras el Edicto de Saint-Germain (1570) y el más reciente de Beaulieu (1576). La coalición reunió a las logias católicas de Francia bajo el mando del duque Enrique de Guisa o Lorena y su clan, junto con al patrocinio del papa Gregorio XIII (Ugo Buoncompagni), Catalina de Medici, Felipe II de Habsburgo y la dirección logística de la Compañía de Jesús.

El duque Enrique de Guisa empezó a ser visto como un gran caballero elegido para destronar a la corrupta dinastía de los Valois recrudecida por la de los Medici, alzarse como soberano de Francia y derrotar a los enemigos hugonotes. Esta situación hizo que el rey Enrique III dejase a un lado las diferencias con su hermano pequeño Francisco de Valois y pactara con él para evitar el ascenso de la familia Guisa.

En 1576 y 1577 se ensangretó de nuevo la corte franca con asesinatos entre los clanes Valois y Guisa, y con nuevas matanzas de hugonotes por parte de sus mercenarios a sueldo. Esta sexta guerra concluyó el 8 de octubre de 1577 con la firma del Edicto de Poitiers, sus cláusulas redujeron los beneficios protestantes y quitaron las peores humillaciones dictadas para los católicos francos en el Edicto de Beaulieu... (sigue)


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