viernes, 10 de octubre de 2008

Los grandes creativos de la propaganda renacentista

El pintor y escultor siciliano Mateo Pérez de Alesio se hizo cargo entre 1573 y 1574 de la última fase renacentista en la decoración pictórica de la Capilla Sixtina, edificio cercano a la Basílica de San Pedro y situado también en el interior del Palacio Vaticano. Mientras Everardo Mercuriano tomaba las riendas de la Milicia imperial, su decoración interna era completada. Pero antes de sacar los detalles de este importante pintor renacentista, veremos cómo se llegó hasta esta fase y buena parte su entramado...

Como revela su nombre, la construcción de la Capilla Sixtina fue ordenada por el papa Sixto IV (Francesco della Rovere) en 1473 y construida entre 1477 y 1480. Su exterior no tiene fachada o portada, ni entradas, ni adornos de ningún tipo. El diseño arquitectónico de este templo católico se basa en el Templo de Jerusalén o de Salomón descrito en el Antiguo Testamento, prueba de ello es su capilla, cuyas medidas reproducen las dimensiones del edificio salomónico.


Botticelli, autorretrato Adoración Reyes Magos


Sus pinturas interiores son obra de notorios artistas del Renacimiento cuyos nombres han llegado hasta nosotros como maestros del arte, pero éstos son sólo una pequeña parte de las numerosas cuadrillas de pintores al servicio de las más adineradas familias católicas, la mayoría de ellos poco o nada conocidos tener inferior categoría o estatus social.


Haciendo uso de unas mismas dimensiones, estructuras, representaciones, gamas cromáticas y referencias bíblicas que ensalzan la supremacía del poder papal, un selecto grupo de artistas de Florencia y de Umbría (centro de Italia) empezó a decorar la Capilla Sixtina entre 1481 y 1482.

Alessandro di Mariano di Vanni  Filipepi, más conocido por el apelativo Sandro Botticelli (Botijito en italiano), pintó obras como El Castigo de los Rebeldes Levitas, Las Pruebas de Moisés y La Tentación de Cristo.

Pietro di Cristoforo Vanucci, llamado El Perugino, trazó las escenas Circuncisión de los Hijos de Moisés y Cristo Entregando las Llaves a San Pedro con su pupilo sordo Bernardino di Betto di Biagio, apodado Pinturicchio (Pintorcito o pequeño pintor por su corta estatura).

Domenico di Tommaso Bigordi, apodado Ghirlandaio (Guirnaldado o aureolado con guirnaldas), creó La Vocación de San Pedro y San Andrés. Cosimo di Lorenzo Rosselli elaboró la Entrega de las Tablas de la Ley; Luca d’Egidio di Ventura, conocido como Luca de Signorelli, realizó el Testamento y Muerte de Moisés; y Cosimo Rosselli representó las obras Moisés y las Tablas de la Ley y El Sermón en la Montaña con la ayuda de su discípulo Piero di Cosimo.


Decoradas sus paredes, el papa Sixto IV celebró una primera misa en el interior de la Capilla Sixtina el día 15 agosto de 1483, día de la Asunción, y la ofrendó a la Virgen María.


Tras los siniestros pontificados de Inocencio VIII (Giovanni Battista Cibo, 1484-1492), Alejandro VI (Rodrigo Borja, 1492-1503) y Pío III (Francesco Nanni Todeschini Piccolomini, septiembre-octubre 1503), el papa Julio II (Giuliano della Rovere), llamado el Papa Guerrero y padre de una gran cantidad de hijos bastardos, encargó al pintor, escultor y arquitecto toscano o florentino Michelangelo Buonarroti, apodado el Divino y conocido en España como Miguel Ángel, decorar la bóveda de la Capilla Sixtina el año 1505.


El papa Julio II era además enemigo, entre otros, del anterior papa valenciano Alejandro VI y, con el fin de eliminar todo recuerdo de Rodrigo Borja y su peculiar familia, ordenó deshacer lo pintado en la Capilla Sixtina durante su anterior papado. Y mientras varias cuadrillas de pintores se dedicaban a quitar o deshacer estas huellas, Miguel Ángel realizaba los bocetos de la que hoy se valora como una de las más famosas, complicadas y hermosas obras de arte del Renacimiento italiano... (sigue)

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