El cuarto superior o prepósito general de la Compañía de Jesús, Everardo
Mercuriano, falleció el 1 de agosto de 1580. El 19 de febrero de 1581, pocas semanas después de firmado el Edicto
de Fleix entre hugonotes y católicos, era elegido como quinto gran general
jesuita Claudio Acquaviva, hábil, audaz en extremo y uno de los hijos de la
acaudalada familia napolitana de los Acquaviva. Con este Papa Negro ocurrirían
los mayores cambios políticos en el mundo junto a la multiplicación de los
miembros jesuitas, del poder global y de las posesiones de la Milicia jesuítica...
Como parte de estos objetivos de largo alcance, durante el año
1581 el Generalato jesuítico encargó a un comité de sacerdotes especializados
del Colegio Romano, originarios de distintas zonas de Europa occidental, la
creación de un sistema de instrucción general para los centros formativos de la Compañía de Jesús.
Universidad Alcalá de Henares, fachada renacentista |
Después de varios
años de reuniones, debates, estudios y adaptaciones, el comité confeccionó un
primer borrador del este sistema de adiestramiento general el año 1586, al que
llamó Ratio (Disposición, Cálculo, Método, Sistema o Plan). El documento fue
impreso y enviado a varias provincias jesuíticas para que los profesores de sus
centros lo pusieran en práctica y dieran parte de sus resultados.
Tras varios años más de pruebas, la teoría de la Ratio no resultó apta para
ser aplicada en las aulas de entonces. Por ello, las reformas de la pedagogía
jesuítica continuaron y en 1591 sus artífices publicaron otra Ratio más
depurada que se utilizó en todos los colegios de la Compañía durante varios
años seguidos.
En 1598, ya obtenidos interesantes resultados con las adaptaciones
curriculares, el comité elegido creó la obra Ratio Atque Institutio Studiorum
Societatis Iesu (Plan de Trabajo para la Institución de Estudios de la Sociedad de Jesús). Y el
año 1599, tocando el nuevo y trasformador siglo XVII, se editó de forma oficial
y muy oportuna este sistema pedagógico, más conocido hoy como Ratio Studiorum
(Plan de Estudios).
La Ratio Studiorum es el alma máter de los modernos planes educativos, germen de los
planes de estudios gubernativos que han ido sucediéndose hasta nuestros días.
Incluyendo la Ley General
de Educación del 4 de agosto de 1970, bajo gobierno franquista; y la Ley Orgánica General
del Sistema Educativo (L.O.G.S.E.) del 3 de octubre de 1990 ó la Ley Orgánica de
Educación (L.O.E.) del 3 de mayo de 2006, durante el teórico periodo
democrático en España.
Durante 1582, el año
siguiente de ser iniciado el proyecto Ratio Studiorum, la Compañía de Jesús también
encendió la Polémica
o Controversia de Auxiliis (de los Auxiliares), una disputa teológico-señorial
entre dominicos y jesuitas que abriría otra brecha en el desconcertante mundo
de las ideas filosóficas y religiosas desde el siglo XVII. En ese tiempo el
teólogo jesuita Prudencio de Montemayor
reanudó por encargo de sus superiores este importante conflicto intelectual en la Universidad de
Valladolid y continuó con sus peroratas en la de Salamanca.
Pero la Polemica de Auxiliis ya tenía quince años de desarrollo. Domingo Bánez, dominico, filósofo, teólogo y otro de los asesores de Teresa de Jesús en sus reformas conventuales, tuvo en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) el año 1567 su primera controversia teológica con Alonso de Deza, otro jesuita miembro de influyente familia castellana.
Ante la arremetida jesuita de 1582, el vallisoletano Domingo Báñez denunció ante Inquisición la conflictiva retórica del padre Prudencio Montemayor, y al catedrático fray Luis de León por apoyarlo y defender sus discursos en la Universidad de Salamanca. La sentencia del Consejo de la Inquisición consistió en suspender como profesor de teología al jesuita Prudencio Montemayor, exigir neutralidad y silencio al fraile agustino Luis de León, y prohibir más discusiones o escritos sobre el tema en los reinos de Castilla y Aragón... (sigue)
Pero la Polemica de Auxiliis ya tenía quince años de desarrollo. Domingo Bánez, dominico, filósofo, teólogo y otro de los asesores de Teresa de Jesús en sus reformas conventuales, tuvo en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) el año 1567 su primera controversia teológica con Alonso de Deza, otro jesuita miembro de influyente familia castellana.
Ante la arremetida jesuita de 1582, el vallisoletano Domingo Báñez denunció ante Inquisición la conflictiva retórica del padre Prudencio Montemayor, y al catedrático fray Luis de León por apoyarlo y defender sus discursos en la Universidad de Salamanca. La sentencia del Consejo de la Inquisición consistió en suspender como profesor de teología al jesuita Prudencio Montemayor, exigir neutralidad y silencio al fraile agustino Luis de León, y prohibir más discusiones o escritos sobre el tema en los reinos de Castilla y Aragón... (sigue)
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