Antes de la extensa pavimentación del territorio romano ya existía
otra gran vía de comunicación terrestre que conectaba los puntos más alejados
de China con ciudades de Oriente Próximo y Roma, la conocida Ruta de la Seda, con un trazado
principal y otras sendas de enlace, como las que iban por la estepa euroasiática
y la cordillera del Himalaya...
Su recorrido era utilizado siglos antes de la aparición del cristianismo, pero fue a mediados del siglo II antes de Cristo cuando la dinastía Han logró su control mediante conquistas y alianzas. Esta situación política y la construcción de numerosas calzadas permitieron la mayor circulación de caravanas con grandes productos e ideas, a las que se dio más importancia que a la plata, el oro o las piedras preciosas.
Su recorrido era utilizado siglos antes de la aparición del cristianismo, pero fue a mediados del siglo II antes de Cristo cuando la dinastía Han logró su control mediante conquistas y alianzas. Esta situación política y la construcción de numerosas calzadas permitieron la mayor circulación de caravanas con grandes productos e ideas, a las que se dio más importancia que a la plata, el oro o las piedras preciosas.
Uno de esos valores mentales importados de Oriente fue el budismo, filosofía basada en las enseñanzas de Buda. En principio el budismo surgió como corriente monástica dentro del hinduismo, y éste del remoto chamanismo, presente en todos los pueblos prehistóricos de la Tierra.
Dicen que Buda
no compartía muchos aspectos creados por la filosofía hinduista, pues se oponía
a la jerarquía de sus jefes e invalidaba los Vedas y las castas. Creció en una familia
aristócrata, entre riqueza y lujo. Antes de cumplir treinta años decidió
cambiar su confusa e insulsa vida, renunció a sus bienes materiales y buscó en
sí mismo la paz mediante el yoga y un rígido ascetismo.
Por no encontrar los
frutos anhelados siguió un camino intermedio entre el hedonismo y la abnegación,
cosa que le proporcionó equilibrio, luz interior y ganas de consagrar el resto
de su vida a la enseñanza espiritual.
Buda significa despierto, iluminado o consciente. El nombre de su
protagonista es Siddharta Gautama. Siddharta significa el objetivo perfecto o
quien logra llegar a él, y Gautama indica la mejor vaca, símbolo del sagrado
ser y del bien humanos. Los historiadores fijan su vida entre los años 563 y
483 antes de Cristo, pero no existen registros suyos de esta época ni de los
siglos inmediatos.
Basan esta cronología en el antiguo monasterio Maya Devi, situado en la población de Lumbini, hoy llamada Rummindei (Nepal). Esta construcción se considera el más antiguo cenobio budista del mundo y el lugar donde nació Buda. El año 2013, un equipo internacional de arqueólogos descubrió allí una capilla de madera del siglo VI a.C., anterior a los muros de ladrillo construidos en el siglo III a.C. bajo el mando del emperador hindú Ashoka Vardhana, el primer soberano budista.
Los textos de Gandjara o Gandara, encontrados cerca de Hadda
(ciudad del este de Afganistán cercana a Jalalabad), escritos en rollos de
corteza de abedul y en escritura kharosthi o arameohindú. Estos textos son
contemporáneos de los relatos judeocristianos o evangélicos escritos por los
esenios y se conservan hoy en la Biblioteca Británica.
Como éstos y los primeros sobre Mahoma y el Islam, se contradicen muchas veces
unos a otros cuando cuentan la vida de Siddarta Gautama, delatando que lo
importante está en el mensaje y no en el mensajero protagonista.
El budismo recorrió la
Ruta de la Seda
de la mano de sus misioneros orientales, relacionados con el comercio de mercaderías
de larga distancia. Su filosofía se extendió por Oriente Próximo y Occidente en
forma de ascetas itinerantes y monasterios, fue apoyada económicamente por
negociantes y seguida por destacados personajes. Los cínicos y los estoicos
griegos desestimaban la civilización por su problemática y adulteración, proponían
un retorno a la vida natural con una existencia sencilla, consideraban la
independencia personal como bien supremo y practicaban el ascetismo para su
desarrollo espiritual.
Budismo y cristianismo tienen formas parecidas y el mismo fondo espiritual |
En esta linea se desenvuelve la legendaria figura de Jesús de
Nazaret dentro de la provincia romana de Judea, donde había cuatro castas
judías diferenciadas: saduceos, fariseos, zelotes y esenios. Los saduceos eran judíos
aristócratas de gran poder político y económico, continuadores de la amoralidad
babilónica, asesores y aliados de Roma, de donde salían los sacerdotes y los
escribas redactores de leyes.
Los fariseos, menos poderosos que los saduceos,
repudiaron las doctrinas extranjeras e intentaron separar la religión de sus
antepasados de la vida política y social, cosa que no siempre lograron. Los
zelotes surgieron como grupo político armado contra el poder opresivo de
romanos y judíos notables, aunque su filosofía era esenia. Los esenios destacaron
como la agrupación judía más revolucionaria, renovadora y espiritual, no en
vano la palabra esenio es de origen griego y significa bueno, puro o santo.
Coincidiendo con los forcejeos entre los cambistas y sus
detractores, las hermandades esenias habitaron Judea y Siria desde el siglo II
a.C. hasta el siglo II d.C. y se establecieron principalmente a orillas del mar
Muerto. Su mayor fuerza se manifestó a comienzos de siglo I, cuando Roma impuso
el calendario solar y su valor monetario áureo, dos grandes símbolos de poder
económico y moral.
Pese a su importancia, los esenios no aparecen en la Biblia ni en los textos
rabínicos con ese nombre. Plinio el Viejo, Filón de Alejandría y Flavio Josefo,
estos dos últimos judíos aristócratas, los nombraron de forma específica en sus
obras y aportaron información sobre ellos. De la eminente actitud esenia nació
la figura del rabino (de la palabra hebrea rabí, que significa mi maestro),
personas veneradas por buena parte del pueblo judío y antecesores de las
enseñanzas morales del Cristo bíblico.
Los esenios utilizaron distintas actitudes para el desarrollo
íntimo y social, como pureza y control del pensamiento, examen de conciencia,
austeridad, silencio, castidad, aseo, vegetarianismo, compartir propiedades, el
trabajo manual hecho con atención, cumplir el shavat o shabat (descanso sagrado
en sábado), no jurar en actividades comerciales ni traficar por monedas, no
juzgar, no fabricar ni utilizar armas y corazas, ni sacrificar animales. Acogían
niños huérfanos y hombres que antes habían renunciado a sus bienes materiales
para ofrecérselos a los más necesitados. Sus enseñanzas principales giraban en
torno al amor a Dios, a la virtud y al prójimo.
Sus miembros vivían en comunidades separadas y debían pasar varios
años de prueba como novicios en sus monasterios. Superado este tiempo, los
iniciados eran bautizados y pasaban a la fase de desarrollo de la mano de un
maestro. Cada comunidad esenia era administrada por un patriarca, figura
semejante a la de los primeros obispos cristianos, y estos patriarcas a su vez
dependían de un superior parecido a los arzobispos. Entender la Torah era esencial para
quienes pretendían acceder a la trascendencia, su interpretación correcta
estaba en manos de los maestros espirituales, expertos a los que llamaban maestros
de rectitud.
En el siglo I, el fariseo judío Flavio Josefo matizó en su obra La Guerra de los Judíos: Hay
también otra clase de esenios que tienen comidas, costumbres y leyes semejantes
a las dichas, pero se diferencian en la opinión de la castidad. Dicen que una
valiosa parte de la vida del hombre está en su sucesión, y que si todos fuesen
del parecer de los esenios castos, el género humano se extinguiría. Pero ellos
también tienen sus costumbres tan templadas que se pasan tres años
experimentando con sus mujeres y, si en sus prácticas purificadoras les resulta
conveniente engendrar, las toman entonces y las preñan... (sigue)
Para contactos profesionales o editoriales, enviar email.
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