viernes, 5 de mayo de 2006

Indias Occidentales: Nuevo Mundo y Nuevo Orden Mundial

Tal era la seguridad de Isabel I de Castilla, Fernando II de Aragón y sus influyentes consejeros respecto a la misión encomendada a Cristóbal Colón que el día 17 de abril de 1492 firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, el campamento utilizado para conquistar Granada meses atrás. Este singular e inusual convenio de dos páginas entre un misterioso particular y los dominantes Reyes Católicos revela dos asuntos fundamentales: las garantías de éxito pretendidas y un conocimiento de Colón sobre esas tierras allende los mares mayor y más exacto del que se asegura...

Su encabezamiento, escrito entre paréntesis, dice en castellano de esos días: Las cosas suplicadas e que Vuestras Altezas dan e otorgan a don Cristóval de Colón, en alguna satisfacción de lo que ha descubierto en las Mares Oceanas y del viage que agora, con el ayuda de Dios, ha de facer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que siguen:… Los siguientes párrafos aluden las recompensas otorgadas por los monarcas al aventurero para todo lo que descubra o gane: el oficio vitalicio y hereditario de Almirante, los de virrey y gobernador, la décima parte de las ganancias que consiga de su almirantazgo, el de juez y legislador para resolver los pleitos ocasionados en las nuevas tierras, y el privilegio de participar en la octava parte de los gastos de cualquier armada recibiendo a cambio la octava parte de sus beneficios.

Nada más cumplir el plazo ampliado del Decreto de Expulsión de los judíos de todos los territorios de las Coronas de Castilla y Aragón, Cristóbal Colón zarpó la madrugada del 3 de agosto con tres buques, pertrechos, tripulación y la misión de cruzar el Atlántico hacia las costas de otro continente. Con la conquista de Constantinopla en 1453 y su dominio añadido de lo que hoy es Albania, Bosnia, Grecia, Serbia y la mayor parte de las tierras que rodean el Mar Negro, los turcos otomanos cortaron a los mercaderes católicos el comercio con Oriente a través de la Ruta de la Seda, recorrida con resultados provechosos por Nicolás, Mateo y Marco Polo junto a monjes franciscanos en la segunda mitad del siglo XIII. Este cierre hizo buscar otras vías marítimas a los inquietos conquistadores del oeste europeo.

Amerigo Vespucci, América lleva su nombre

El continente que primero sería llamado Indias Occidentales, por su orientación comercial, y luego América, por el banquero, comerciante y cosmógrafo Amerigo Vespucci o Américo Vespucio, ya era conocido por fenicios, persas, vikingos (pueblos germanos de Escandinavia posteriores al siglo IX), celtas, bretones, vascos, templarios, islamitas andalusíes y africanos, así como por el príncipe portugués Enrique el Navegante (1394-1460), gran maestre de la Orden de Cristo (sucesora de la Orden de los Templarios en Portugal desde 1319) en íntimo contacto con sabios islámicos y judíos, y tercer hijo de Juan I el Grande de Portugal y de Felipa de Lancaster, nieta del rey de la Casa de Anjou Eduardo III de Inglaterra.

Bajo la batuta de Enrique el Navegante se creó en el sureño cabo de San Vicente, conocido por los romanos como Promontorium Sacrum (Colina Sagrada), un centro de estudio y una escuela de navegación. En la cercana población de Sagres fue diseñada la carabela, nave resistente y ligera muy utilizada en posteriores colonizaciones y transacciones comerciales alrededor del mundo por marinos y militares aragoneses, castellanos y portugueses.

Otra prueba de esta afirmación es un corsario otomano llamado Piri Reis que, gracias a dejar encallada e inutilizada la nave de la que era responsable, acabó decapitado el año 1554 por orden del sultán Suleymán o Solimán I el Magnífico. Piri Reis (Eminente Señor en turco) dibujó el año 1513 unos interesantes mapas que incluian las costas de Sudamérica, la cadena montañosa de los Andes y el continente de la Antártida sin los hielos que la recubren desde hace siglos. El litoral sudamericano y la cordillera andina empezaban a ser explorados por hispanos renacentistas durante esos días y los contornos antárticos cálidos diferían miles de años de su actual etapa glacial.

Estos planos cartográficos fragmentados se hallaban almacenados en el Palacio Museo Topkapi de Estambul, residencia oficial de los sultanes del Imperio Otomano desde 1465 hasta 1853. El sultanato otomano de Turquía fue abolido el año 1923, el director de los museos nacionales de la nueva república turca, Malil Edhem, ordenó en 1929 el inventario y clasificación de todo lo que contenía el palacio para hacerlo museo. En ese censo se descubrieron los dos fragmentos de mapamundis dibujados por Piri Reis. Dichos fragmentos fueron estudiados por miembros de la Universidad de New Hampshire (Nueva Inglaterra, Estados Unidos) y demuestran que este marino y militar otomano los copió de otros mapas antiguos trazados antes de Cristo, documentos que se conservaban en la Biblioteca de Alejandría.

Con el nuevo nombre de Alejandro VI, Rodrigo de Borja fue elegido papa el día 11 de agosto de 1492 tras el cónclave celebrado en la Capilla Sixtina del Vaticano, pocos días después de la marcha de Cristóbal Colón hacia el Nuevo Mundo. Este destacado miembro de la familia Borja tuvo varios hijos con mujeres desconocidas (entre los que estaba Pedro Luis), cuatro con la condesa Vanozza Cattanei (Juan, César, Lucrecia y Jofré o Godofredo) y alguno más con Julia de Farnesio, pariente del papa Pablo III (Alejandro de Farnesio), del duque de Parma también llamado Alejandro de Farnesio y de la reina de España Isabel de Farnesio, entre otros personajes ilustres... (sigue)
 

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