Cristóbal Colón y su tripulación pasaron en su primer viaje por
las islas de San Salvador, Cuba y La Española (hoy repartida entre Haití y la
República Dominicana ). Dejando a treinta y
nueve hombres en el Fortín de Navidad, hecho con los restos de la carabela
Santa María, el almirante y el resto de tripulantes salieron hacia Hispania el 16 de enero de 1493. El 4 de marzo Colón desembarcó cerca de
Lisboa para hablar con el rey portugués Juan II el Perfecto sobre su aventura
transoceánica...
No en vano el almirante había vivido en Portugal casi diez años,
donde aprendió a navegar y negoció por las rutas comerciales del Atlántico en
nombre de su creciente Imperio, y en la isla de Porto Santo del archipiélago de
Madeira había tenido a su primer hijo Diego Colón con la noble portuguesa
Felipa Moniz. El 15 de marzo llegó a
Palos de la Frontera ,
le informaron con detalle del intento de asesinato padecido por el rey Fernando,
convaleciente aún, y el 3 de abril
fue recibido en Barcelona por éste y sus esposa con honores y expectación.
Porto Santo: aqui nació el primer hijo de Cristóbal Colón |
Enterados del éxito de Colón y de los propósitos para el Nuevo
Mundo del rey portugués Juan II, Isabel y Fernando pusieron en marcha a sus
diplomáticos para obtener del papa valenciano Alejandro VI privilegios sobre
los territorios alcanzados y crear una línea fronteriza global que dividiera en
el futuro las soberanías y los negocios de ambos reinos. Con la excusa de la
evangelización de infieles, ignorantes y enemigos, la Iglesia
Católica del Renacimiento disponía de todas las tierras
conquistadas allende los mares a favor de un príncipe al que llamaba cristiano.
El Imperio Portugués obtuvo bulas papales en 1455 y 1456 que favorecieron sus
exploraciones y expansiones por África, Asia y Sudamérica. El conflicto entre
reyes portugueses y castellano-aragoneses por el dominio mundial, reavivado por
la aventura colombina, dio lugar a la redacción de las Bulas Alejandrinas entre
abril y septiembre de 1493.
Estas concesiones papales jurídico-teocráticas son cuatro y se
conservan en el Archivo General de Indias (Sevilla) y en el Vaticano. La
primera de ellas adjudica a los dos reinos pretendientes las tierras descubiertas
o por descubrir siempre que no pertenezcan a ningún príncipe cristiano (al
servicio de la Iglesia ),
y establece la obligación de adoctrinar a sus habitantes en la fe católica e
imponerlos en las buenas costumbres. La segunda dispone una línea divisoria por
el meridiano terrestre de norte a sur, pasando a cien leguas de las islas
Azores (al oeste de Portugal) y Cabo Verde (al oeste de Senegal), para definir
en el futuro las zonas en poder de Castilla-Aragón y Portugal. La tercera
concede los mismos privilegios a los reyes de Castilla y Aragón que los
otorgados a los reyes de Portugal en bulas anteriores. La cuarta reparte los
territorios asiáticos de la
India y delimita rutas de conquista para los dos reinos.
Cristóbal Colón volvió a salir hacia América el 25 de septiembre de 1493 con ganados,
semillas, diecisiete naves y mil doscientos hombres; entre éstos se encontraba
un buen número de frailes dominicos, encargados de evangelizar a cuantos
infieles, ignorantes y enemigos se encontraran. En este segundo viaje pasó por
Puerto Rico, por La Española (donde encontró el Fortín de Navidad
destruido y a todos sus ocupantes asesinados), por Cuba, Jamaica y el noroeste
de Venezuela. Esta travesía colombina fue la más nutrida e importante de todas,
la que supuso el comienzo de la colonización de América y de las interminables
batallas entre colonos europeos e indígenas.
Desde la promulgación de las Bulas Alejandrinas, el rey portugués
Juan II el Perfecto, junto a sus consejeros y embajadores, intentó ampliar por
vía diplomática la demarcación adjudicada a los dos reinos en la segunda bula.
Largos meses de negociaciones llevaron a la firma del Tratado de Tordesillas
(Valladolid) el día 7 de junio de 1494
y a su ratificación posterior por los Reyes Católicos y el rey Juan II. Las
condiciones de este tratado, que también se conserva en el Archivo General de
las Indias, reparten el globo terráqueo entre Aragón-Castilla y Portugal.
Su primera disposición establece una línea divisoria de norte a
sur a 370 leguas de distancia al oeste de las islas de Cabo Verde (frente a Senegal),
en el meridiano 46º 35’ .
Lo descubierto o por descubrir hacia el este de esa marca pertenecería a los
soberanos de Portugal y sus sucesores por siempre jamás, y lo encontrado hacia
el oeste sería posesión de los reyes de Castilla y Aragón y herederos. La
imprecisión a la hora de trazar la imaginaria línea, originó sucesivas
controversias, anulaciones, ventas e incumplimientos en años y siglos posteriores.
Uno de los resultados más visibles en la actualidad de este tratado es la
nación de Brasil... (sigue)
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