Juan Calvino (1509-1564), conocido popularmente como el Papa de Ginebra, está
catalogado como humanista, teólogo y reformador protestante. Comenzó a
desarrollar su misión de la mano de Nicolás Cop, hijo de un médico del rey
franco Francisco I, clérigo y rector de la Universidad de París.
Los dos se conocían desde sus tiempos mozos como seminaristas en el parisino
Colegio de Montaigu. Calvino dedicó sus esfuerzos a organizar a los
protestantes franceses, llamados hugonotes (huguenots) por formar parte de una
sociedad juramentada por este cabecilla reformador. En noviembre de 1533,
Nicolás Cop pronunció un sermón apoyando a Martín Lutero, justificando el
protestantismo en la figura de Jesucristo y amonestando a la
Iglesia católica. A causa de este discurso, el
rey Francisco I expulsó de París a Cop y a Calvino sin causarles daño alguno...
Calvino viajó mucho los dos años siguientes, predicando lo mismo y
escribiendo sobre el asunto. Resultado de ello fue la primera publicación en
Basilea el año 1536 de su obra Institutio Christianae Religionis (Institución
de la Religión Cristiana ),
obra dedicada al rey franco Francisco I, el mismo que, en teoría, lo había
expulsado de París en 1533.
Trabajó luego en Ginebra con el predicador Guillaume Farel, reglamentando y difundiendo desde allíla Reforma en Suiza, y
organizando la Iglesia Protestante
de Francia, que era nombrada por los textos oficiales supuesta religión
reformada. Ginebra era entonces una ciudad animada y abierta en lo moral, con
una próspera actividad comercial. Las leyes calvinistas dictadas eran severas
hasta en aspectos de la vida privada de los ginebrinos, su objetivo era
erradicar aquella alegría y permisividad a la que los reformadores llamaron vicio.
Trabajó luego en Ginebra con el predicador Guillaume Farel, reglamentando y difundiendo desde allí
Miguel Serveto Conesa, el sabio cátaro oscense |
La vida empeoró de forma notoria para el cantón ginebrino, por lo
que su Consejo retiró las nuevas y estrictas normas político-religiosas el año
1538. Juan Calvino y Guillaume Farel fueron expulsados de la ciudad y se les
prohibió regresar. Calvino permaneció en Estrasburgo y Farel en Neuchâtel. Pero
poco después de la expulsión de los rígidos reformadores, los habitantes de
Ginebra empezaron a sufrir una serie de desastres materiales, físicos y
comerciales que degeneraron en amenazas de conquista y saqueo por tropas
católicas. Este ambiente bélico obligó a los supervivientes del Consejo de
Ginebra a readmitir a Juan Calvino como superior y a sus dictados como
legislación. Y fue Papa de Ginebra desde 1541 hasta fallecer en 1564.
Anotemos que la Guardia Suiza
del Vaticano fue creada a principios del siglo XVI por el papa Julio II
(Giuliano della Rovere), teócrata muy preocupado por la reunificación y
expansión de los Estados Pontificios. Esta escolta ha estado compuesta siempre
por soldados suizos, unos mercenarios muy apreciados por la Iglesia católica y otros reinos
de Europa entre los siglos XV y XVIII por su arrojo y disciplina. Algunos de
los más famosos fueron los quinientos guardias del rey franco Luis XVI que
murieron el 10 de agosto de 1792, en plena Revolución francesa, defendiendo el
Palacio de las Tullerías de París contra una multitud de asaltantes.
El regreso de Juan Calvino supuso una férrea dictadura para
Ginebra, un periodo de gran intolerancia pese a las cantinelas reformadoras,
caracterizado por el exilio y la ejecución de disidentes o herejes como la del
erudito aragonés Miguel Serveto o Servet. Con esta siniestra táctica, la recién
nacida Iglesia protestante se movía a imagen y semejanza de la católica...
Miguel Serveto Conesa (1511-1553), más nombrado Miguel Servet, es un personaje envuelto
en un significativo silencio de biografías y estudios oficiales. Nació en el
seno del cristianismo cátaro oscense, era hijo de Antón Serveto Meller, noble
hidalgo y notario del Monasterio de Sigena, y de Catalina Conesa Zaporta. Su
abuela se llamaba Beatriz Zaporta, descendiente de una familia judía de Aragón
relacionada con el comercio y las finanzas, hermana de Gabriel Zaporta,
banquero de Carlos V. Miguel vino a este mundo en Villanueva de Sigena
(Huesca), donde se encuentra el Monasterio de Santa María.
Recordemos que allí fueron trasladados en 1217 los restos del rey
Pedro II de Aragón, protector de las órdenes militares del Temple y de San Juan
de Jerusalén, tras morir el año 1213 en la batalla de Muret, acontecimiento
importante de la guerra contra los cátaros del Languedoc. En su inicio, este
monasterio era dúplice, habitado por hombres y mujeres, y luego sede de la Orden del Hospital de San
Juan de Jerusalén (designada Orden de Rodas en 1309 por establecerse en esa
isla para luchar contra los musulmanes, y Orden de Malta por ocupar esta isla
en 1530 tras ser expulsados sus miembros por tropas del sultán otomano Solimán
I el Magnífico).
Como hijo de infanzón o noble de menor alcurnia, encargado de
labores de escritura en un monasterio, Miguel Serveto recibió una excelente
educación. Con catorce años fue aceptado como pupilo por el influyente fraile
dominico Juan de Quintana, doctor en teología por la Universidad de París,
miembro de la Corte
de la Corona
de Aragón, consejero y confesor del emperador Carlos V. Posteriormente marchó a
Toulouse, antigua capital del Languedoc, para estudiar en su universidad.
Aprendió leyes, conoció las ideas protestantes, leyó la Biblia y se interesó por la
doctrina católica de la
Santísima Trinidad , concepto que no aparece ni se define en
las Sagradas Escrituras.
Pasados dos años en Toulouse, Miguel Serveto volvió al servicio de
Juan de Quintana y entró en la corte aragonesa. Quintana y Serveto visitaron
Roma en 1530 con Carlos V y luego Bolonia para ultimar los detalles de su
coronación como emperador por el papa Clemente VII (Julián de Medici). Lo vivido
en sus viajes como cortesano le hicieron escribir sobre la Iglesia y el papa: Lo
hemos visto sobre hombros de sus lacayos llevado con gran suntuosidad y
haciéndose adorar a lo largo de las calles por el pueblo arrodillado. Los que
habían podido besar su pies se creían más afortunados que los demás y
pregonaban que habían obtenido así numerosas indulgencias, gracias a las cuales
les serían perdonados años de sufrimientos infernales… ¡Oh, la más vil de las
bestias! ¡Oh, la más descarada de las meretrices!.
Decepcionado por católicos y protestantes, Miguel Serveto publicó
en 1531 la obra titulada De Trinitatis Erroribus (De los Errores de la Trinidad ), un texto opuesto al dogma de la Santísima Trinidad.
En él censura esta fórmula de tres cabezas divinas, semejante al Trimurti
hinduista con los dioses Brahma, Shiva y Visnú, creada en el Primer Concilio de
Nicea el año 325 (presidido por el emperador Constantino I el Grande y Osio,
obispo de Córdoba, enemigo de Arrio y su arrianismo), una fórmula doctrinal consolidada
por concilios posteriores.
El libro molestó mucho a la jerarquía
vaticana, a la Inquisición hispana y a Johannes Oecolampadio, Martin Bucer, Philip
Melanchthon y Juan Calvino, presuntos reformadores protestantes y anticatólicos... (sigue)
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