domingo, 9 de septiembre de 2007

Comunidades de Castilla

Carlos de Gante fue elegido emperador del Imperio Romano Germánico el día 28 de junio de 1519. Cuando partió hacia la ciudad de Frankfurt del Main para aceptar su elección como emperador y saber en qué condiciones, muchas ciudades castellanas se revolucionaron, negándose a pagar los gastos que supondría y rechazando la dependencia que Castilla tendría bajo los dictados del Imperio. El Concejo de Toledo se situó a la cabeza de esta protesta y pidió una reunió urgente de las Cortes de Castilla para que el rey y emperador diera las explicaciones oportunas...

Los ministros de Carlos convocaron una reunión de las Cortes castellanas en Santiago de Compostela a finales de marzo de 1520, su propósito era poner fin a la oposición y obtener dinero para su entronización de su jefe. La orden de reunión llegó a Toledo el 15 de marzo, pero una muchedumbre impidió salir al regidor de la ciudad Juan de Padilla y a sus acompañantes, convenciéndolos para no acudir a la ciudad jacobea y para dirigir, organizar y extender la insurrección.

Ejecución Bravo, Padilla, Maldonado, cuadro Antonio Gisbert 1860

La oposición contó con el apoyo de monjes dominicos, franciscanos y agustinos de Salamanca, este grupo de frailes redactó un manifiesto rechazando cualquier prestación para el Imperio en perjuicio de Castilla e incitando a las Comunidades castellanas en defensa de su Reino, si el rey Carlos no tuviera en cuenta a sus súbditos, escribiendo por primera vez la palabra Comunidades para designar a las provincias o territorios castellanos en rebeldía.

Aconsejado por su corte, el monarca decidió suspender la reunión de Cortes Castellanas en Santiago de Compostela y convocarlas de nuevo en La Coruña el 22 de abril con otros regidores y procuradores. Obtenidos los votos y servicios que pretendía, Carlos dejó como regente de sus posesiones hispanas e inquisidor general al cardenal Adriano de Utrech (futuro papa Adriano VI) y zarpó con su séquito desde La Coruña hacia Aquisgrán (Alemania). Durante su ausencia los motines se multiplicaron por Castilla. En Guadalajara, Segovia y Burgos se produjeron desde finales de mayo violentos incidentes en los que murieron varios funcionarios reales a manos del pueblo.

Las batallas entre las tropas de los nobles partidarios del rey y las rebeldes se sucedieron. Tropas reales se presentaron en Medina del Campo (Valladolid) el 21 de agosto para apoderarse de las armas, máquinas y municiones de guerra que allí había. La población medinesa se reunió en las calles e impidió a los soldados del rey efectuar su misión. Los mercenarios realistas provocaron un incendio en Medina del Campo para detener la manifestación y lograr su objetivo. Pero el fuego destruyó gran parte de la ciudad, hizo retirarse a los ejércitos del rey y extendió la rebeldía comunera por toda Castilla, sobre todo en ciudades que se habían mantenido al margen hasta entonces.

Carlos V fue coronado emperador el día 23 de octubre de 1520 en Aquisgrán. Entretanto, la lucha comunera se extremaba y era dirigida por los comuneros más drásticos. Los aristócratas Juan Bravo (de Segovia), Francisco Maldonado (de Salamanca) y Juan de Padilla (de Toledo) se distinguieron como principales cabecillas de la revuelta castellana, pero hubo otros destacados protagonistas como Antonio de Osorio y Acuña, obispo de Zamora, jefe de la comunidad zamorana y de una tropa compuesta por clérigos.

Pese a vencer en algunas batallas como las de Torrelobatón y Simancas, los ejércitos comuneros acabaron derrotados por los realistas en la batalla de Villalar (Valladolid) el día 23 de abril de 1521. Al día siguiente decapitaron a Bravo, Maldonado, Padilla y a otros muchos insubordinados en la plaza del mismo pueblo. La aristócrata María Pacheco, viuda de Juan de Padilla, se puso al mando de los comuneros toledanos... (sigue)

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