Carlos de Gante fue elegido emperador del Imperio Romano Germánico
el día 28 de junio de 1519. Cuando
partió hacia la ciudad de Frankfurt del Main para aceptar su elección como
emperador y saber en qué condiciones, muchas ciudades castellanas se
revolucionaron, negándose a pagar los gastos que supondría y rechazando la
dependencia que Castilla tendría bajo los dictados del Imperio. El Concejo de
Toledo se situó a la cabeza de esta protesta y pidió una reunió urgente de las
Cortes de Castilla para que el rey y emperador diera las explicaciones
oportunas...
Los ministros de Carlos convocaron una reunión de las Cortes castellanas
en Santiago de Compostela a finales de marzo
de 1520, su propósito era poner fin a la oposición y obtener dinero para su
entronización de su jefe. La orden de reunión llegó a Toledo el 15 de marzo, pero una muchedumbre impidió salir al regidor de la
ciudad Juan de Padilla y a sus acompañantes, convenciéndolos para no acudir a
la ciudad jacobea y para dirigir, organizar y extender la insurrección.
Ejecución Bravo, Padilla, Maldonado, cuadro Antonio Gisbert 1860 |
La
oposición contó con el apoyo de monjes dominicos, franciscanos y agustinos de
Salamanca, este grupo de frailes redactó un manifiesto rechazando cualquier
prestación para el Imperio en perjuicio de Castilla e incitando a las Comunidades
castellanas en defensa de su Reino, si el rey Carlos no tuviera en cuenta a sus
súbditos, escribiendo por primera vez la palabra Comunidades para designar a
las provincias o territorios castellanos en rebeldía.
Aconsejado por su corte, el monarca decidió suspender la reunión
de Cortes Castellanas en Santiago de Compostela y convocarlas de nuevo en La Coruña el 22 de abril con otros regidores y
procuradores. Obtenidos los votos y servicios que pretendía, Carlos dejó como
regente de sus posesiones hispanas e inquisidor general al cardenal Adriano de
Utrech (futuro papa Adriano VI) y zarpó con su séquito desde La Coruña hacia Aquisgrán
(Alemania). Durante su ausencia los motines se multiplicaron por Castilla. En
Guadalajara, Segovia y Burgos se produjeron desde finales de mayo violentos incidentes en los que murieron varios
funcionarios reales a manos del pueblo.
Las batallas entre las tropas de los nobles partidarios del rey y
las rebeldes se sucedieron. Tropas reales se presentaron en Medina del Campo
(Valladolid) el 21 de agosto para
apoderarse de las armas, máquinas y municiones de guerra que allí había. La
población medinesa se reunió en las calles e impidió a los soldados del rey
efectuar su misión. Los mercenarios realistas provocaron un incendio en Medina
del Campo para detener la manifestación y lograr su objetivo. Pero el fuego
destruyó gran parte de la ciudad, hizo retirarse a los ejércitos del rey y
extendió la rebeldía comunera por toda Castilla, sobre todo en ciudades que se
habían mantenido al margen hasta entonces.
Carlos V fue coronado emperador el día 23 de octubre de 1520 en Aquisgrán. Entretanto, la lucha comunera
se extremaba y era dirigida por los comuneros más drásticos. Los aristócratas
Juan Bravo (de Segovia), Francisco Maldonado (de Salamanca) y Juan de Padilla
(de Toledo) se distinguieron como principales cabecillas de la revuelta
castellana, pero hubo otros destacados protagonistas como Antonio de Osorio y
Acuña, obispo de Zamora, jefe de la comunidad zamorana y de una tropa compuesta
por clérigos.
Pese a vencer en algunas batallas como las de Torrelobatón y Simancas,
los ejércitos comuneros acabaron derrotados por los realistas en la batalla de
Villalar (Valladolid) el día 23 de abril
de 1521. Al día siguiente decapitaron a Bravo, Maldonado, Padilla y a otros
muchos insubordinados en la plaza del mismo pueblo. La aristócrata María Pacheco, viuda de Juan de
Padilla, se puso al mando de los comuneros toledanos... (sigue)
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