Alrededor del año 1529,
el veterano militar Ignacio de Loyola, a quien faltaban pocos meses para
cumplir cuarenta años, entabla relación en París con Francisco de Javier y
Pierre Favre, formando el germen de la Compañía de Jesús. En 1533 este trío recluta a Nicolás de Bobadilla, Diego Laínez, Simao
Rodrígues y Alfonso Salmerón. Los siete se dirigen el 15 de agosto de 1534 a la colina de Montmartre, referencia pagana al dios
de la guerra Marte, y allí juramentan los cuatro votos de la Orden : castidad, pobreza,
obediencia a los superiores y sumisión incondicional al papa. Los meses
posteriores se añadirían a ella tres personajes francos movilizados por el
también franco Pierre Favre: Pascasio Broët, Jean Codura y Claude Jay...
En octubre de 1534, a pocas semanas de juramentarse la cúpula jesuita
inicial, el emperador Carlos V de Habsburgo dio la orden de reorganizar las
compañías de su ejército en Italia. El día 15 de noviembre de 1536,
tras dos años de reordenación militar, apareció la ordenanza de Génova, donde
se dictan las primeras bases de mantenimiento y organización del ejército de
los Austrias, y se emplea la palabra tercio para definir a las guarniciones
situadas en Italia, preparadas para desplazarse por las costas europeas del
Mediterráneo o del Atlántico.
Tercios batalla-milagro de Empel, 1585, cuadro A.Ferrer-Dalmau |
Estas primeras ordenanzas, promovidas en la república de Génova
por ser sus dirigentes grandes banqueros prestamistas de los Austrias,
organizaron el ejército del Sacro Imperio Romano Germánico en tres tercios
llamados viejos y situados en los reinos de Milán o Lombardía, Nápoles y
Sicilia: Tercio Viejo de Lombardía, Tercio Viejo de Sicilia y Tercio Viejo de
Nápoles (creado el 27 de febrero de 1537
y del que partirían sus soldados en galeras formando la primera infantería de
marina). Esta división administrativa, a modo de Estado Mayor, añadiría algunos
tercios viejos y luego otros más llamados nuevos, dirigiendo las compañías
ubicadas en distintos puntos de Italia y de otras zonas europeas.
Ignacio de Loyola y sus nueve juramentados viajaron a la república
de Venecia, en guerra con el Imperio Otomano de Solimán I el Magnífico, y
hablaron con los altos dirigentes venecianos, pertenecientes al conglomerado
Vaticano. Los diez se trasladaron luego a Roma con acuerdos concertados y el
día 27 de septiembre de 1540 fue
aprobada la fundación de la
Compañía de Jesús por el papa Pablo III (Alessandro Farnese),
con la bula Regimini Militantis Ecclesiae
(Gobierno Militante o Militar de la
Iglesia )...
Al principio, su actividad se limitó a Italia y su principal tarea
consistió en atacar y destruir organizaciones y filosofías religiosas que
delataban o contrariaban el integrismo de la fe católica, así como inspeccionar
y prohibir obras consideradas antagónicas o rebeldes a la ortodoxia de la Iglesia. Pero cuando Gian
Pietro Caraffa fue elegido papa en 1555
como Pablo IV, utilizó la
Congregación del Santo Oficio para perseguir y liquidar a
muchos disidentes políticos entre los que se encontraban miembros de la
jerarquía eclesiástica, como vimos anteriormente.
Asimismo, los diez años siguientes a la aprobación de la Compañía de Jesús (1540-1550) se añadieron a ella
influyentes personajes como los ya vistos Francisco de Borja, Pieter Canijs,
Jerónimo Nadal y Juan Alfonso de Polanco. La fórmula o ley de la Compañía fue ratificada
en 1550 por Julio III (Giovanni María Ciocchi del Monte), enemigo de la familia
Farnesio y aliado del emperador Carlos V, cuyo su texto reza: Militar para
Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y a la Iglesia , su Esposa, bajo
el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra.
En el Concilio de Trento, celebrado entre 1545
y 1563, los jerarcas de la
Compañía serían parte importante de sus reuniones. Al
concluir el concilio trentino, los jesuitas llevarían las riendas de la Contrarreforma
católica, hermana de la
Reforma protestante, y muchos de ellos conformarían una larga
lista de santificados los siglos venideros...
Para comprender mejor el porqué de esta demencia:
Para contactos editoriales o profesionales, enviar e-mail.
No hay comentarios:
Publicar un comentario