lunes, 5 de mayo de 2008

Degenerada sangre azul

Antes de ser declarado oficialmente rey en 1556, Felipe II ya realizaba labores de regencia más de diez años atrás de la mano de aristócratas y clérigos de la alta alcurnia hispana. El 14 de noviembre de 1543 de este año, tras pactos políticos de Carlos V con Juan III el Piadoso para la unificar el control de Hispania, Felipe (de dieciséis años) se casó por primera vez con su joven prima María Manuela de Portugal (de catorce), hija de dicho rey portugués y de su esposa Catalina de Austria, hermana pequeña del emperador Carlos V. En julio de 1545 María Manuela parió al visiblemente deforme Carlos de Habsburgo y falleció pocos días después por complicaciones en el parto...

Entre los periodos 1548-1551 y 1554-1559, Felipe II permenecería fuera de Hispania atendiendo sus negocios europeos, por lo que el príncipe Carlos de Austria y Portugal empezó a ser criado en la corte itinerante de su tía Juana de Austria, viajando de un lado a otro de sus dominios. Carlos monstró desde niño unas inclinaciones grotescas e insanas; como sacar los ojos a los caballos de las cuadras reales, disfrutar achicharrando pequeños animales vivos y azotar o torturar a cortesanas y sirvientas. Carlos tuvo como tutor o preceptor al humanista Honorato de Juan, discípulo del humanista valenciano Juan Luis Vives, quien pronto dio parte del sadismo de su pupilo y de la dificultad de meterlo en vereda.

El humanista Honorato de Juan, discípulo de Juan Luís Vives

En las genealogías naturales humanas los descendientes suelen tener dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos y dieciséis tatarabuelos. Sin embargo, el príncipe Carlos de Austria y Portugal tenía cuatro bisabuelos (Felipe II el Hermoso, Juana I la Loca, Manuel I de Portugal y María de Aragón y Castilla) y seis tatarabuelos (Fernando II de Aragón, Isabel I de Castilla, Maximiliano I de Habsburgo, María de Borgoña, Fernando de Avis Trastámara y Beatriz de Avis Braganza), endogamia soberana que le produjo una carencia genética con sus correspondientes y visibles alteraciones físicas y cerebrales, manifestación de la llamada popularmente como enfermedad de los godos.

En las Abdicaciones de Bruselas, Carlos V concedió a su hijo Felipe II los Países Bajos en 1555 y el año siguiente le entregó también las posesiones de sus reinos en Hispania, quedando como soberano de los mismos. El resto del Sacro Imperio Romano Germánico se lo dejó a su hermano Fernando I de Habsburgo (ratificado como emperador por los príncipes electores el 12 de marzo de 1558)  y se retiró a la casa-palacio anexa al Monasterio de Yuste (Cáceres), cenobio regido por monjes católicos de la Orden de San Jerónimo, donde llegó a principios de febrero de 1557.

El 10 de agosto de 1557, día de san Lorenzo, se disputó la Batalla de San Quintín dentro de las Guerras Italianas. La victoria de los aliados austriacos, flamencos e ingleses realza el poder de Felipe II en Europa y el mundo. Poco más tarde, en su retiro de Yuste, Carlos V decidió no ser enterrado en su palacio de Granada (incluido en la Alhambra) y ordenó a su hijo Felipe que construyera un capitolio Ex Novo, un edificio renovador, punto de partida del Nuevo Mundo en medio de Hispania, con todo lo necesario para dirigir su desarrollo, y con un solemne panteón para los Austrias encabezado por su tumba cesárea.

Carlos V falleció de forma fortuita a consecuencia de malaria o paludismo tras ser picado por una mosquita el 21 de septiembre de 1558, pocas semanas antes que su prima la reina inglesa María I la Sanguinaria (13 noviembre 1558). Sus restos mortales reposarían años más tarde en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial.

El 3 de abril de 1559 firmaron la Paz de Cateau-Cambrésis (sureste de Cambrai, Francia) Felipe II, Enrique II e Isabel II de Inglaterra, aliada con Felipe en la última parte del conflicto por los beneficios que le aportaba. El tratado puso gran parte de la península Itálica bajo control de los Austrias hispanos y consolidó su poder en Europa y buena parte del mundo. Aunque no pudo evitar que el anciano y demente papa Pablo IV (que moriría el 18 de agosto siguiente) excomulgara al ya fallecido emperador Carlos V (el 21 septiembre de 1558) y a su hijo Felipe II, monarcas declarados catolicísimos por otros papas con documentos y honores.

El mes de mayo de 1559 la evangelización protestante era coordinada por un grupo de predicadores protestantes procedentes de Ginebra y enviados por Juan Calvino, quienes organizaron clandestinamente el primer sínodo nacional de iglesias reformadas. Al enterarse de la celebración de dicho sínodo, el rey franco Enrique II prohibió el protestantismo en su reino sin adivinar que las circunstancias darían un giro inesperado en breve plazo... (sigue)

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